Montag, Januar 30, 2006

"Evangeliemandens Liv" (1915) By Holger-Madsen


John Redmond is a long-haired youngster who belongs to a wealthy family. But due to the fact that he likes very much to live an extravagant life amidst bad company (the 20’s also had those kind of people…), he spoils his life. A victim of a dirty trick by one of his supposed friends, he goes to prison for a crime he never committed. It will be there, thanks to the prison’s clergyman, that Herr Redmond finally is able to get back his well-mannered life. Thanks to newfound faith, he becomes a clergyman too - preaching the gospel and using his life as a bad example. In this way, he helps the poor people who live a more miserable life accustomed as they are to the slums rather than his elegant districts.

“Evangeliemandens Liv” is a “Nordisk” film production filmed by the efficient and versatile Danish director, Holger-Madsen. It is a terrible fact that he is an unknown film director even amongst silent film fans. That’s because Herr Holger-Madsen was a film technique pioneer, thus endowing his films with a peculiar and innovative style for the time. In making his production he had in his service one of Denmark’s greatest film stars - Valdemar Psilander - fair and perfect in his role as a dilettante on his way to becoming a self-sacrificing clergyman.

The film is an elegant and efficient film production although it lacks emotion in the development of the story; it’s an excessively correct film, or “politically correct” as today’s long-haired say nowadays. For that reason, the spectator especially celebrates the chance to see two of the alternative ending scenes of the film distributed for the Russian and Swedish film markets.

The Danish version ends with Herr Redmond and a youngster who has been reconverted to a decent life thanks to the faith of the clergyman, rushing into the squalor room of the youngster’s wife in the nick of time to prevent her suicide as she tries to hang herself, tired of living a sad existence without any hope.

The Russian version ends with the girl achieving her aim - that is, hanging herself in the room… well, it’s a notorious fact, with little exaggeration, how inhuman the communists can be …

Cold as death are the Swedish but less brutal than the Russians. So in their version the girl is saved “in extremis” thanks to the clergyman and her husband. They get her down with the rope still around her neck from the ceiling, but fortunately and thanks to their first aid, the girl recovers easily and is able to resume her miserable existence…

These three different endings endow the final part of the film with varying emotional and dramatic quality for a story too predictable in its intent to serve as a cautionary story.

And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count is waiting for his personal confessor, hoping both of us will redeem our sins thanks to Porto’s wine.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien


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John Redmond, es un melenudo de clase acomodada que al tener cierta predilección por llevar una vida disipada y rodeado de malas compañías ( pues también las había allá en los años 20… ) echa a perder su vida; víctima de una mala jugada por parte de sus amistades de conveniencia, acaba en la cárcel por un crimen que no ha cometido y será allí gracias a la ayuda del pastor de la penitenciaria, en donde finalmente Herr Redmond, podrá reconducir su vida gracias a la fe, convirtiéndose en pastor para, predicando con su ejemplo además del evangelio, ayudar a personas que se encuentran en mala situación y que por regla general están ubicadas en los barrios bajos y no en los distritos elegantes de las grandes ciudades.

“Evangeliemandens Liv” es una correcta producción “Nordisk” dirigida también por el siempre eficiente y versátil director danés, Holger-Madsen, director desconocidísimo incluso entre los aficionados silentes, un hecho grave éste pues Herr Holger-Madsen fue todo un pionero en novedades técnicas, dotando, por eso mismo, a sus filmes de un estilo peculiar e innovador para la época, todo ello al servicio de la gran estrella de la productora, Herr Valdemar Psilander, también correcto y ajustado en su papel de diletante convertido en pastor abnegado.

Una producción cuidada y eficiente pero carente de emoción en el desarrollo de su historia, un filme quizás demasiado correcto, políticamente correcto que dicen ustedes hoy en día, quizás por ello se celebra especialmente el poder ver dos de los finales alternativos rodados para el mercado ruso y el sueco, totalmente diferentes éstos al original danés.
El filme danés finaliza con la irrupción en una mísera habitación de los suburbios del pastor Redmond y un joven al cual está ayudando a reconducir su vida gracias a la fe; llegando justo a tiempo ambos de evitar que la mujer del joven se ahorque, cansada de soportar una triste existencia sin ninguna esperanza.
El final de la versión rusa acaba con la chica consiguiendo su propósito, ahorcándose en su habitación… y es que ya se sabe cómo gustan de exageraciones y lo inhumanos que son los comunistas…
Fríos también son los suecos pero no tan brutos como los bolcheviques y en su versión, la chica consigue ser salvada “in extremis” por su marido y el párroco, bajándola aún del techo con la soga al cuello, pero afortunadamente y gracias a unos primeros auxilios, ésta consigue recobrarse para poder seguir viviendo su mísera existencia…

Tres finales diferentes que dotan al filme en su parte final de una emoción necesaria y cierto dramatismo para una historia demasiado previsible y ejemplar.

Y ahora si me lo permiten les dejo momentáneamente, pues éste Conde germánico está esperando la visita de su confesor particular, esperando ambos redimir nuestros pecados gracias a la ayuda del vino de Porto.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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