Freitag, Mai 15, 2009

"Wenn Die Abendglocken Läuten" (1930) By Hans Beck-Gaden


Life is tranquil at the beautiful village of Oberstdorf until the arrival of gypsies to the village. Their reception is far from warm; only reluctantly does the mayor permit them to stay and only until their broken wagon wheel is repaired. However, the mayor’s sons, Hans und Michel are fascinated immediately by the exotic gypsy Saffy who knows pretty well how to use her gypsy charms.
Very soon both brothers will try to gain the favours of Saffy but the gypsy woman uses them only for her gypsy interests, mostly to take revenge for the bad treatment that her people have received from the village.
To make things worse, a theft occurs and the villagers accuse Saffy of the crime. Hans defends Saffy testifying that they were together when the theft occurred. This creates a scandal and causes the mayor throw Hans out but the boy then joins the gypsies and leaves the village.

“Wenn Die Abendglocken Läuten” is a late silent German film recently discovered, directed by Herr Hans Beck-Gaden in the silent year of 1930. It was filmed in the beautiful and idyllic landscapes of Oberstdorf and Kleinwalsertal, but underneath the bucolic appearance is an undercurrent of conservative and patriotic values, an implicit nationalism and the exaltation of the virtues of the “Heimat”; that is to say, the German strong feeling of identity, belonging, the homeland.

And that happens during the first scenes of the film when that exaltation of the values of the “Heimat”, the safety of home, is openly shown, and the oeuvre ends on the same note after our hero Hans, has returned to the village after being seduced by the wicked and foreign charms of the gypsy Saffy.
Although Hans und Michel shows some curiosity in Saffy who brings a bit of exoticism into their lives, it’s very clear that the villagers have no use for the gypsies and are quick to give in to their prejudices and expel the visitors. We have here a Teutonic population with rigid convictions and adhering to typical customs in accordance with the mountains landscape; healthy youngsters and conservative elders who are always dressed up properly in contrast to the chaotic and carefree gypsies.

On the other hand, the film is not openly racist but it is evident, although in a subtle way, that it comparing the two ways of life and cultures and saying that social conflict is inevitable given the rules and traditions of the gypsies.

During the late 20’s, the number of films that praised conservative values and precepts in combination with idyllic mountain settings, increased slightly, and of course it is not necessary to say that this all led to the extreme and ultra patriotic films of the 30’s. “Wenn Die Abendglocken Läuten”, is innocent by comparison and it would take the coming of sound to fully develop this German sub-genre.

“Wenn Die Abendglocken Läuten” is film that has many characteristics of the, alas , insubstantial films produced in Germany at the end of the silent era and is relatively harmless in its use of “Heimat” patriotic precepts and is in the German mountain films tradition. Because it is, thank Gott, a silent film the producers were not tempted to turn it into an “operetta”, sparing the audience hearing any of those typical Teutonic songs.

And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count must explain to one of his Teutonic heiress the virtues of this Teutonic aristocrat.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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La vida resulta ser de lo más apacible en el bonito pueblo de Obersdorf, hasta que la llegada de un grupo de gitanos acaba con dicha calma; su llegada a la localidad no es bien vista por los lugareños y a regañadientes les permitirá el alcalde quedarse en el pueblo, pero sólo hasta que la rueda de su carromato finalmente sea reparada; mientras, los dos hijos del alcalde, Hans und Michel, quedarán fascinados inmediatamente por el exotismo de la gitana Sally, la cual sabe muy bien cómo emplear sus encantos cíngaros.
Muy pronto los dos hermanos se disputarán los favores de Saffy, pero la cíngara los usará para sus propósitos gitanos, sobretodo para vengarse por el mal trato que sus coetáneos han recibido por parte de todos los habitantes del pueblo.
Para empeorar las cosas, un robo acontece en el lugar y los vecinos acusan a Saffy como la única ladrona; Hans defiende a Saffy declarando que mientras el robo ocurría, éste estaba en su grata compañía, originando un escándalo mayúsculo y provocando que el alcalde eche de casa a Hans, optando el susodicho por unirse a los gitanos y abandonar el pueblo.

“Wenn Die Abendglocken Läuten”, filme tardío silente, recientemente descubierto y dirigido por Herr Hans Beck-Gaden en el año silente de 1930, fue rodado en los bellos e idílicos parajes de Obersdorf y Kleinwalsertal, pero tras esos bucólicos escenarios, subrepticiamente se incluyen en el filme ciertos valores patrióticos y conservadores o lo que es lo mismo, la exaltación de todas las virtudes del concepto germánico denominado “Heimat”, esto es, el peculiar y fuerte sentimiento alemán de identidad, de pertenencia al terruño.

Y dichas proclamas se incluyen ya desde el mismo inicio del filme, cuando la exaltación de esos valores del “Heimat”, la seguridad que da la patria, se muestran abiertamente, finalizando además la obra con el mismo discurso cuando nuestro protagonista, Hans, vuelve a su pueblo tras haber sido seducido por los malvados y foráneos encantos de Saffy la gitana.
Aunque tanto Hans como Michel muestran cierta curiosidad hacia Saffy al traerles un poco de exotismo en sus conservadoras vidas, está muy claro desde el principio que los lugareños no sienten ninguna simpatía hacia los gitanos, apareciendo rápidamente los prejuicios hasta que consiguen expulsar a dichos visitantes del pueblo.
Tenemos por lo tanto, a una población teutona de rígidos principios y de enraizadas costumbres autóctonas, todo ello acorde con el entorno, esto es, sanos jovenzuelos y conservadores mayores vestidos de gala a diario, en contraste con los caóticos y despreocupados gitanos.

Por otra parte, el filme no es abiertamente racista, aunque es evidente, de forma solapada, que la inevitable comparación entre tan diferentes formas de vida y culturas, derivarán en el filme en un inevitable conflicto social, sobretodo por las tradiciones y conductas de los gitanos.

A finales de los años 20, el número de filmes germanos que se hacían eco de ciertos preceptos y valores conservadores, usando como trasfondo escenarios idílicos y agrestes, fue en aumento, estando de más puntualizar qué clase de obras llevaron al extremo ciertas proclamas ultra patrióticas durante los años 30… resultando ser, en comparación, “Wenn Die Abendglocken Läuten” un filme bastante inocente, hasta que la aparición del cine sonoro desarrolló completamente ése subgénero cinematográfico germánico.

“Wenn Die Abendglocken Läuten” es un filme poseedor de bastantes características, lamentablemente…, de muchos filmes insubstanciales producidos en Germania a finales de la era silente, a saber… se trata de una obra más bien inofensiva en el uso de los patrióticos preceptos del “Heimat”, es también además uno de esos filmes de montañas germánicas y gracias a Gott, al ser una obra silente, los productores del filme no estuvieron tentados en hacer del filme una “opereta”, evitándole al público oír alguna de esas típicas canciones teutonas.

Y ahora si me lo permiten, les tengo que dejar momentáneamente, pues este conde germánico tiene que explicarle a una de sus herederas teutónicas las virtudes que posee éste aristócrata teutón.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

3 Kommentare:

Histeriahistrionica hat gesagt…

Diario de guerra en el destierro.

Pum, pum, pum!!!... (con eco desarraigado)... Ahhh del castillo, herr Conde!!!
¿Se encuentra su aristocrática presencia silente en sus aposentos... o por el contrario, está despachando su abundante y, sin embargo, anodina correspondencia en la biblioteca del Scholls?. (¡Qué aburridos quehaceres tiene un Conde teutón!)

No le gustaria, a esta melenuda alternativa, (con energía renovada y renovable) interrumpir su siesta canóniga (la de las once que precede a la de las doce, que precede a la de la una... hasta la hora sexta de la siesta... y así, sucesivamente, hasta el infinito y más allá... de la heimat o tierra prometida) o mucho peor, herr Von, no quisiera interferir en sus accidentados escarceos con alguna de sus musas germánicas, como virtuoso (alguna tendrá) y avezado instrumentista de pluma sigilosa en mano. (¡Con puño alzado, cómo no!)

¡Mon Dieu!... un filme silente nacionalista e inofensivo!?... ¿señor Conde, su proselitismo le lleva a descubrirse como nacional socialista (nazi)???
¿Su sentimiento de pertenencia es la antítesis del desarraigo en la búsqueda de la eterna morada del alma? Un sentir, el nacionalista, cimentado en la pertenencia a una clase, unas propiedades, la tierra... todo ello, con la expresión de una lengua común (germánica, indiscutiblemente) y sobre el terruño de una comunidad histórica...
La identidad de cualquier pueblo es el gérmen del nacionalismo y en su fanatismo exagerado degenera, en casos extremos, en el racismo y, en definitiva, en el nazismo.

Por cierto, herr Conde, la gitana... ¿cómo se llama Sally o Saffy? ¡Qué nombre tan poco arraigado! o corríjame... ¿es propio de la comunidad gitana?

Y, finalmente, dejémonos de operetas!!
Un Conde, tan virtuoso, no podía defraudar a su auditorio sin una melodía sutil y silenciosa con la que poder tocar (la fibra sensible) de algunas de sus enormes y altisonantes herederas dando un "do" de pecho.
Esther.

Histeriahistrionica hat gesagt…

Ahh... se me olvidaba, señor Conde, la suya es una identidad silenciosa e impenetrable como los muros de su tétrico castillo!!!
Y permítame que invada, nuevamente, (con un ejército de hormigas asesinas) su espacio virtual (pido su beneplácito ya que poseo elevados principios y no soy una espía de la guerra fría)para comunicarle un dicho del castellano antiguo "cuando llueven piedras, el capitán se atrinchera y el soldado raso, se moja con casco protector".
Y, además, (es una curiosidad personal) ¿por qué razón tiene que explicar a sus engordadas herederas, sus virtudes? Mal andamos cuando hay que exponerlas, mejor sería si las descubriesen por sí mismas.

Ferdinand Von Galitzien hat gesagt…

Mein liebe Dame Esther:

No se preocupe por la remota posibilidad de que usted pueda interrumpir la hora décima o sexta de la siesta aristócrata, sus comentarios histriónicos son siempre bien recibidos aunque éstos supongan la interrupción de aristocráticos sueños teutónicos… de todas formas siempre hay la posibilidad de retomar éstos a la mínima ocasión…

Piénsase éste su Herr Von que usted, en su lógica intención de provocadora revolucionaria, ha malinterpretado las valoraciones cinematográficas que éste su Herr Graf recientemente ha realizado acerca del filme de Her Beck-Gaden, pues si bien es cierto que el filme transita en el delgado y peligroso filo argumental y silente que transcurre entre los filmes propagandísticos de intenciones proselistas ( las que les competan ) y los que claramente se posicionan en facciones facciosas sin disimulo y al libre albedrío, “Wenn Die Abendglocken Läuten”, debido a su bisoñez ( más que nada por su prematura ubicación en el tiempo ), no tiene los peligros de esos filmes abiertamente fascistas que pulularon bien entrados los años 30 en Germania.

Y es que la pertenencia a la patria es desde luego un hecho incontestable, evidente y bien tratado da excelentes resultados cinematográficos o en diversas artes, aunque si se inmiscuyen ciertas proclamas o delirios de grandeza de por medio, entonces puede surgir el peligro, tal y como acontecióle a Germania durante los terrible años 30, una terrible experiencia fácilmente que se exportó a otros países europeos durante la misma época y lo terrible de esos hechos de antaño es que transcurridos más de 70 años, algunos países sí han sabido aprender la lección, mientras otros continúan sin hacer examen de conciencia o más bien, inconsciencia y siguen rasgándose sus mohosas vestiduras no aceptando la grandeza de la diversidad, del gran valor y enriquecimiento cultural que ofrecen las diferentes culturas que cohabitan, incluso, dentro de un mismo estado, a eso denomínale éste Herr Graf, miseria cultural y autocomplaciente.

Pues efectivamente, la heroína gitana del filme de Herr Beck-Gaden se llama a ella misma y dentro de sus circunstancias cíngaras, Saffy y no intente preguntarle a éste su Herr Von el porqué de tan singular nombre, pues a éste aristócrata teutón también parecióle absurdo dicho nombre exótico, pues no me negará usted que donde esté un nombre teutón femenino y contundente como Gudrun o Krimilda, no hay comparación o símiles posibles en otros idiomas no germánicos.

No se sorprenda usted, mein liebe Dame Esther, éste aristócrata teutón debe promocionar sus valores intrínsecos y germánicos entre sus ricas herederas, pues no se imagina la competencia que hay en ciertos círculos aristocráticos por hacerse con los favores de esas enjutas fräuleins y cuando éste Herr Von dice favores quiere decir, enormes fortunas cualas fajas de las susodichas, por lo cual hay que hacerse un poco el baladí teutón para conseguir finalmente dichos favores y desde luego debe usted creerse que tal esfuerzo vale la pena, pues la Hacienda de las susodichas da para ver filmes silentes hasta el fin de los tiempos teutónicos.

Por cierto… seguramente por sus pérfidas influencias revolucionarias, éste su Herr Von ha revisitado en su sesión silente dominical, un gran clásico de dicho género silente, una obra que siga intacta y gloriosa transcurridos más de 80 años de su realización, un incontestable hecho del talento y maestría del cine silente y sus magníficos realizadores.
Tiene ahora usted toda una semana para intentar dilucidar qué filme ha visto, con monóculo incluido, éste su Herr Von esta mañana dominical antes de irse a la capital Bávara a manifestarse cual melenudo teutón.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien