Montag, Oktober 31, 2005

"Maldone" (1928) de Jean Grémillon



Para éste germano éste filme ha resultado de lo más decepcionante, pues si no fuese suficiente motivo para mirarlo de forma condescendiente al ser una obra proveniente del país que maltrató a la aristocracia años ha, posee uno de los “misscasting” más notorios que se recuerdan haber visto durante años en la filmoteca privada de éste su Conde, siendo los culpables unos impertérritos e inexpresivos Charles Dullin ( Maldone ) y Génica Athanasiou ( Zita ).
Ambos dos no transmiten en absoluto la pasión que se les presupone a sus personajes, ese “amour fou” que es el principal motivo de la historia, limitándose a deambular por el filme tanto Herr Dullin como Damen Zita ( aquí habría incluso que añadir que además de sus carencias como actriz, su “supuesta” belleza debe ser un baremo solamente comprensible para los melenudos como ustedes, suspirando éste Conde lo que hubiese dado de sí el personaje si estuviese interpretado, por ejemplo, por Damen Pola Negri ).

Resuelve, además, Herr Grémillon, situaciones fundamentales para el filme de forma harto peregrina ( el encuentro del criado de la hacienda con Maldone y también el reencuentro de Zita, con el ahora, rico terrateniente ) restándole la fuerza dramática y la emoción que necesita la historia para que ésta funcione, todo ello lastrado además, como ya se ha mencionado, por unos actores incapaces de dotar de credibilidad a sus personajes.

Hay que destacar, sin embargo, en el filme, el uso de la cámara por parte de Herr Grémillon, ágil y nerviosa, incluyendo “travellings” o planos cenitales que enfatizan poderosamente diversos momentos dramáticos del filme ( el baile en la tasca, el accidente mortal de su hermano ) además de poseer la obra reminiscencias “naturalistas” y una excelente fotografía que dotan al filme de una gran belleza y plasticidad al retratar los escenarios por donde Maldone desarrolla su vida como barquero, haciéndonos comprender el porqué nunca se conforma dicho personaje con su vida de rico terrateniente, añorando y deseando siempre volver, como sucede al final del filme, a esos escenarios idílicos, a esa antigua vida suya más libre ( y es que ya se sabe… cómo dice un refrán germánico, "la cabra siempre tira al monte" ).


Y ahora si me lo permiten les dejo momentáneamente, pues éste aristócrata tiene que comprobar si las riendas de mis corceles están bien aseguradas.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

Sonntag, Oktober 30, 2005

"No Quarto Da Vanda" (2000) de Pedro Costa



Seguramente algunos de ustedes durante esos escasos momentos que tienen libres en esas jornadas laborales maratonianas o actividades varias como intentos de sublevación hacia la aristocracia o hechos delictivos varios, se preguntarán cómo es posible que la burguesía germánica conozca tan bien sus artimañas y sus curiosas costumbres sociales si, lógicamente, no abandonamos los aterciopelados salones de nuestros "Schlösses".
Pues les diré que la aristocracia, en su afán de controlarlo todo y tener nuestros privilegios atados y más que bien atados, nos informamos de sus vidas melenudas gracias a filmes como No Quarto Da Vanda de Pedro Costa, un crudo documental que refleja perfectamente cómo emplean ustedes su tiempo libre o incluso ni ese.

Filmada con cámara digital, éste filme nos expone ( pues Pedro Costa no rueda, su cámara es un testigo que asiste impávido el día a día de su protagonista ) la degradación de todo un barrio, Fontainhas y en especial el de su protagonista, Vanda Duarte ( protagonista también de su anterior y celebrado filme, Ossos (1997) ), una mujer toxicómana que subsiste en dicho barrio con toda su familia, poseedores de un incierto futuro, el barrio al estar siendo demolido y Vanda con la mayoría de los habitantes de Fontainhas, por su adicción a la heroína.
Gracias a la falta de prejuicios o la nula pretensión de juzgar la conducta o la vida de Vanda por parte del director, se limita cómo había comentado anteriormente este aristócrata teutón, a documentar la situación de miseria, abandono y falta de esperanza en la que están sumidos todos sus protagonistas, el filme adquiere un interés y un valor enorme, una terrible bofetada de realismo social sin adornos superfluos que nos sumergen en el vértigo y marasmo de la droga y todas sus consecuencias.

Aunque la aristocracia germánica agradezca más los trabajos estéticos o autocomplacientes de buena parte del cine luso, un filme como "No Quarto Da Vanda" es un contrapunto necesario, una bofetada rigurosa para una cinematografía en exceso manierista.

Y ahora si me lo permiten les dejo momentáneamente, pues después de haber observado con mi monóculo tanta degradación humana en mi aterciopelada sala de proyecciones, éste aristócrata necesita relajarse con un poco de absentia.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

Samstag, Oktober 29, 2005

"Die Hose" (1927) de Hans Behrendt




No podía, éste aristócrata silente germánico dejar pasar más días sin que el pabellón del cine teutón estuviese reflejado y bien alto en este diario moderno, por lo que se ordenó de forma inmediata y tajante a Günthell que bajase al lúgubre sótano en donde está ubicada la Filmoteca de éste aristócrata, para que localizase un filme teutón que reuniese las indispensables condiciones que se le presupone al cine de Germania.
El filme elegido fue "Die Hose" dirigido en el año 1927 por Hans Behrendt y la explicación que dio a éste su amo Günthell del porqué había elegido ese filme, fue porque en él había un aristócrata protagonista, suficiente motivo cómo pueden imaginarse para que éste Conde se enfundase el monóculo para disfrutar en su sala de proyección privada, de dicho filme.

Se trata de una comedia ( ya ven, a veces incluso los germanos perdemos la seriedad y por lo tanto las formas… ) magníficamente resuelta por Herr Behrendt, repleta de enredos y guiños amorosos, que nos cuenta la historia de Herr Theobald Maske, que tiene una bella y joven mujer algo inexperta todavía en las labores del hogar.
Esta falta de rigor doméstico molesta sobremanera a Herr Maske pero siempre sus enfados son apaciguados gracias al buen hacer culinario de su mujer, consciente ella que a un hombre, incluso los de clase media ordinaria, siempre se le por el estómago.

El matrimonio Maske al salir de la misa dominical, conjuntamente con todo el pueblo, se para para observar cómo el Príncipe, que también asistía a la misma, se encamina hacia su suntuosa carroza; justo en ese preciso momento a Damen Maske se le caen las enaguas delante del mencionado aristócrata además de todo el pueblo ( por cierto… éste Conde no se explica el porque las señoritas de clase media pierden con tanta facilidad sus prendas interiores en presencia de la aristocracia… recuerdo ahora mismo otro enojoso incidente acaecido a otro aristócrata europeo en el cual a otra alocada joven se le caían, en esa ocasión, las bragas con una pasmosa facilidad ) siendo éste un auténtico escándalo para el pueblo y un “affair” divertido para el Príncipe.
Entre los presentes que vieron hasta las puntillas de las enaguas de Damen Maske, estaba el bufón personal del Príncipe, de nombre Scarron y el ayudante del peluquero del pueblo, que inmediatamente se enamoran de Damen Maske en lo que se le antoja a éste Conde un claro ejemplo de fetichismo popular.

Por casualidad, Herr Maske hace tiempo que quiere alquilar dos habitaciones en su hogar para conseguir una renta extra y precisamente serán el peluquero y Scarron quién, prendados tanto de las enaguas como de Damen Maske, pedirán ser los inquilinos de tan peculiar matrimonio.
Con tanta proximidad doméstica, Scarron conseguirá finalmente los favores de Damen Maske que por lo que se ve pierde fácilmente tanto sus enaguas como su vergüenza; tras haber conseguido ésta con la ayuda de una vecina alcahueta, una disculpa para pasar un día fuera de su hogar ( tiene que visitar a su padre enfermo… ), su marido, cómo buen gastrónomo, accede a que su mujer pase la noche fuera siempre y cuando le traiga alguna chuchería como puede ser una oca estofada o un trozo de panceta de cerdo, ofreciéndose a acompañarla al tren, hecho éste que trastoca los planes de Damen Maske pues había quedado citada con Scarron en el palacio del Príncipe… finalmente la vecina alcahueta avisa a tiempo a Scarron para que una vez que el tren haya salido de la estación, lo pare y la lleve en una carroza al palacio del Príncipe, ( para que vean lo que es la eficiencia de nuestros criados a los cuales no los paran ni un tren ) aunque con tanto apuro algo se le queda por el camino a Damen Maske, además de la honra… y es que en el tren se deja olvidado su equipaje de mano.

Una vez que Scarron presenta Damen Maske al Príncipe, éste queda prendado por su belleza; Damen Maske que no pierde el tiempo, le dice que su vida al lado de su marido es aburrida y opresiva y que le gustaría, por lo menos durante una noche, conocer lo bien que nos lo pasamos los aristócratas; dicho y hecho, el Príncipe accede a sus deseos y le cambia su penoso estilismo provinciano por un traje de gasas vaporosas, le ofrece una buena cena regada ésta con champagne y además le enseña a fumar, vamos…, lo que se antoja toda una noche loca para Damen Maske.
Al finalizar la cena, todo aristócrata que se precie tiene al lado del comedor un jardín rococó con estanque con patos y todo ( en su caso lo más que tienen ustedes es una salita con cocina endosada y en el caso de Damen Ninovska, una cocina comunitaria ) y es ahí donde finalmente ambos se besarán y apretujarán gracias la música de fondo que por algo el Príncipe tiene también hilo musical en el jardín gracias a un violinista de incógnito.

A la mañana siguiente cual cenicienta trasnochada y tras haber pasado la noche Damen Maske en el diván, mientras el Príncipe la había pasado en una silla contemplándola extasiado y con una manta en su regazo ( no se pueden imaginar ustedes lo que enfría el traje de gala con sus medallas y todo a ciertas horas de la noche ), vuelve a su hogar.
Mientras tanto en dicho hogar, Herr Maske, tras haber pasado una noche loca durante la ausencia de su mujer, bebiendo cerveza y jugando a los bolos ( obsérvese lo fácil que les resulta a ustedes ser felices ) en la tasca de al lado, recibe la visita de un operario del tren que le trae el equipaje perdido de mano de su esposa.
Con la mosca tras la oreja ante tan evidente hecho, hace acto de presencia su mujer y justo cuando le pregunta dónde ha pasado la noche y el porqué se le había olvidado traer la panceta del pueblo de su padre ( incluso en situaciones gravísimas hay ciertas prioridades que no conviene olvidar ) también entra en la casa un emisario del Príncipe que le ordena se presente inmediatamente ante éste.
Estando Herr Maske perfectamente genuflexo ante su Príncipe, éste le sorprende y le hace entrega de una de esas medallas tan vistosas con lazo y todo, que lógicamente hace las delicias del condecorado.

En el último plano del filme se ve como luce orgulloso y bien trajeado Herr Maske su medalla del brazo de su mujer durante el paseo matutino, advirtiéndole a ésta que “no vuelva a perder las enaguas tan fácilmente”...

Una divertida comedia muy bien realizada por Herr Behrendt en la cual se demuestra que a veces los germanos también tenemos sentido del humor.

Freitag, Oktober 28, 2005

"Rien Que Les Heures" (1926) de Alberto Cavalcanti



Después de la sesión místico-cinéfila que tuvo éste Conde germánico durante el día de ayer, otra extravagancia más de éste aristócrata teutón debido a nuestro caracter luterano más clásico..., se creyó oportuno cambiar totalmente de género cinematográfico silente y optar por uno de esos filmes melenudos de los pioneros del cine, para que comprueben ustedes que para modernidades las de sus tatarabuelos y no esas tonterías que ven ustedes actualmente hechas con máquinas que tanto diseñan una vaca lechera cómo un paisaje de Westfalia y no precisamente ambos en el mismo lugar.

"Rien Que Les Heures" es el primer filme dirigido por Alberto Cavalcanti
un cineasta trotamundos y considerado por algunos como un "dilettante", suficientes méritos éstos para que éste aristócrata germánico levante la ceja en señal de aprobación.
Es el primer filme de Herr Alberto, tras haber estado a las órdenes de Herr L'Herbier como decorador de escenarios y es más que notoria la influencia del director de "L'Inhumaine" (1923) sobre su discípulo al firmar éste un filme vanguardista, aunque sin inmediata continuación pues una vez asentada su carrera cinematográfica, opta más por un cine poético aunque sin dejar de lado cierta crítica social tal y como acontece en su inmediata obra "La P'tite Lilie" (1927).

"Rien Que Les Heures" es un compendio de intenciones cinematográficas en donde predomina el "avant-garde" y documental de crítica social, transitando el filme personajes variopintos de los suburbios ( Herr Cavalcanti hace al principio del filme una declaración de intenciones y principios al decir que la vida disipada de la burguesía no interesa ser reflejada e incluso satiriza en el filme que un fino "gentleman" se coma un filete a costa de los sufrimientos de las clases trabajadoras, vamos, ¡todo un despropósito para los aristócratas europeos! ) retratados éstos de forma cruda y descarnada en sus míseras vidas cotidianas.

Primer filme de vanguardia con tendencias estéticas hacia el retrato de las grandes ciudades y que cierta crítica sitúa como claro referente de cineastas como Walter Ruttmann, Adalberto Kemeny o Dziga Vertov, aunque éste Conde ve además claras influencias estéticas de dicho filme en filmes alemanes realizados durante los turbulentos días de Weimar, obras de Carl Junghans como "So Ist Das Leben (1929) o incluso "Mutter Krausens Fahrt Ins Glück" (1929) de Piel Jutzi.

Y ahora si me lo permiten les dejo momentáneamente, pues como acto de rebeldía aristócratica hacia Herr Cavalcanti, éste Conde se va a almorzar un par de filetes de ternera germánica sin ningún remordiento o conciencia social.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

Donnerstag, Oktober 27, 2005

"The Light Of Faith" (1922) de Clarence Brown



Ayer por la noche, mientras simpáticos truenos retumbaban en las inmediaciones de mi "Schlöss" y tras haber degustado una cena germánica pantagruélica, a los postres éste Conde siempre gusta acompañar esas "delicatessen" repletas de glucosa, de cinema silente siempre que haya ocasión, una guinda, nunca mejor dicho, para una perfecta y ociosa velada germánica.
Tras ordenar a Günthell que olfatease por la Filmoteca de su Conde la búsqueda de un filme que reuniese la condiciones germánicas nocturnas, se optó por ver el filme dirigido por Clarence Brown The Light Of Faith en el año 1922 y en lo que es una versión abreviada del filme homónimo "The Light In The Dark" recientemente editado en tierras de salvajes de más allá del Atlántico por el prestigioso sello "Kino".
A falta de ver la versión íntegra de dicho filme, la opinión que se pueda tener de ésta obra siempre resulta sesgada debido a su caracter recortado, aunque también es cierto que lo visto con monóculo por éste aristócrata teutón, es suficiente para certificar los logros y las carencias de dicha obra.

Un filme bastante convencional en su historia y resolución, con moralina de aroma a incienso que firmaría sin rubor Herr De Mille, pero que aunque a pesar de tantas evidencias y cierta sobreactuación de Lon Chaney y su coprotagonista femenina, Damen Hope Hampton, la factura tecnica de "The Light Of Faith" supera ampliamente esas carencias anteriormente mencionadas destacando profusamente sobre el resto.
Y es que hay que destacar que el filme posee una fotografía excelente ( en la versión abreviada de "Kino" no se incluyen las escenas en color de la historia del "Santo Grial" ) y una dirección artística más que notable, influencias más que probables de su maestro Maurice Tourneur, destacando además en los ambientes contemporáneos del filme, ciertas influencias expresionistas, además de poseer planos subjetivos ciertamente memorables resueltos con maestría por Herr Brown.
En fín, una obra de juventud del director americano que presagiaba buenos augurios futuros.

Y ahora si me lo permiten les dejo momentáneamente pues tiene éste su Conde que dar un vistazo a la Filmoteca, no vaya a ser que finalmente Günthell ayer se dejase una bobina perdida entre tanto nitrato silente y por ello hubiese visto éste aristócrata la versión abreviada de ese filme de Herr Brown...

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien



Mittwoch, Oktober 26, 2005

Servicio Domesticado



Seguramente algunos de ustedes conozcan a buena parte del servicio doméstico de éste aristócrata germánico, sobretodo al siempre esforzado y mal pagado secretario particular Günthell, además del chófer de mis relucientes Hispanos-Suizos, Otto, pero lógicamente un decadente aristócrata teutón necesita de muchísima más gente para que tengan los muros de mi "Schlöss" llenos de musgo enrarecido, para que mantengan en orden las telarañas de mis sótanos lúgubres, que den de comer a diario ( a ser posible un lugareño del lugar ) a los cocodrilos del foso o vigilar constantemente que los nitratos silentes de la Filmoteca de éste su Conde no ardan de forma espontánea.

Para que se vayan familiarizando ( cómo ustedes son gentes de la misma condición social que los susodichos, sí se pueden permitir esas licencias ) con buena parte de mi numeroso servicio doméstico, pueden ustedes identificar en la fotografía adyacente a esos mis sirvientes qué como pueden comprobar por sus caras, están más que contentos por estar al servicio de los despotismos de éste aristócrata teutón.

En esa foto doméstica deberían ustedes localizar a los ya mencionados Günthell und Otto, sin olvidar a Hette la cocinera y su ayudante Kungund, además de las "femme de chambre" Úrsula, Gerda, Angelika y la férrea Grünilda, la ama de llaves del portón del "Schlöss".
La pareja sentada que preside tan penosa muestra de servicio doméstico Condal, es lo que queda de mi primo Friedrich y su mujer Lotte, rebajados de su condición social a servicio doméstico ordinario por haberse descubierto que simpatizaban con las exigencias de los criados que tenían en su Hacienda, ya saben, esas tonterías de la dignidad de los trabajadores, sueldos dignos y demás exigencias inconcebibles para la aristocracia..., tanto atrevimiento, lógicamente, tuvo que ser castigado de forma germánica y severa, rebajándolos de su estatus burgués sin contemplaciones, pero para que vean que incluso entre las familias teutonas a veces tenemos conmiseración de nuestros pecados veniales, les permito a mis queridos primos que hagan las labores del "Schlöss" él con chaqué y ella con vestido de gasa fluctuante.

Y ahora si me lo permiten les dejo momentáneamente pues tengo que dar órdenes a Günthell de que toque la campana del ala este del "Schlöss" para que el servicio doméstico no necesario se refugie de las iras de éste aristócrata en sus celdas hasta la mañana siguiente.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

Dienstag, Oktober 25, 2005

Inauguración Modernista Germánica



Mein liebers melenudos:

La aristocracia germánica en su afán por intentar comprender éstos terribles tiempos melenudos, intenta acomodarse a este nuevo milenio ( ¡ah, qué comienzos gloriosos los del anterior allá en la República de Weimar!... ) y ello no es fácil, créanme, pues todavía mi fiel y mal pagado secretario particular Günthell, no acierta a escribir de forma idónea ésta carta dictada con voz enérgica por este Conde teutón, sin la ayuda de los métodos tradicionales epistolares germánicos, esto es, un tintero de tinta de la China y su imprescindible pluma coronada con un plumón de ave exótica.

De todas formas éstas supuestas modernidades no relegarán jamás a las costumbres más rancias, teutonas y aristocráticas que tanto sudor ( el de las clases populares ) ha costado a lo largo de tantos siglos de prebendas y favores, las nuestras, es simplemente otra extravagancia de esas que tanto gustamos posteriormente comentar la burguesía entre "cocktail" y "cocktail" en cualquier "soirée" a celebrar en embajadas de países difíciles de ubicar.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien