Samstag, Juli 25, 2009

"The Wicked Darling" (1919) By Tod Browning


Human curiosity is one of those primal feelings that the aristocracy share with coarse people; the more bizarre and obscure the subject, the more interested are the aristocrats. Strange places are especially fascinating even if such locales are the slums, the very opposite of aristocratic neighbourhoods.

But to travel to the slums is a dangerous outing so in order to satisfy aristocratic curiosity about these nether regions (while not overlooking the need for protection on these peculiar journeys) aristocrats need an expert guide to be able to take a safe walk on the wild side ( as an old German proverb says) so how can one do better than turning to Herr Tod Browning?.

Thanks to Herr Browning’s expertise, this Herr Von recently watched (from a safe distance) slum specimens like unscrupulous pawnbrokers, greedy landladies, violent waiters, hardened criminals, ruined men and working girls, all bizarre and curious fauna for an aristocrat ( especially the working girls) that are depicted carefully in the film “The Wicked Darling” (1919).

It is well-known that Herr Browning had a special likeness for those underprivileged persons who were the main characters of many of his films, works that could be great or obscure but were always astounding and unique. “The Wicked Darling” is one of his early silent films that is also one of Herr Browning’s many collaborations with Herr Lon Chaney; they were a perfect team.

The film is characteristic of many of Herr Browning films and also displays a sarcastic sense of humour that this Herr Graf likes specially ( Surely the ending is meant as a joke with our gutter heroes finding a new and peaceful life as farmers, surrounded by impassive cows rather than dangerous criminals...).

And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count must return to the peaceful isolation ward at the Schloss.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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La curiosidad es uno de los pocos sentimientos primarios humanos que la aristocracia comparte con la gente ordinaria, cuanto más extraña y rara sea la cuestión a investigar, más interesados se mostrarán los aristócratas, como puede acontecer, por ejemplo, con lugares tan extraños y especialmente fascinantes como son los suburbios, arrabales que nada tienen en común con los vecindarios aristocráticos, ciertamente…

Pero adentrarse en el extrarradio es toda una peligrosa excursión, por lo tanto para poder satisfacer la curiosidad aristocrática por esos lugares y sin olvidarse igualmente de la necesidad de estar protegido durante ese particular paseo, los aristócratas necesitan de una mano experta que los guíe mientras pasean por el lado más salvaje de la ciudad, por lo cual la elección de Herr Tod Browning para tal menester, es la mejor opción posible.

Gracias a la experiencia de Herr Browning, este Herr Von recientemente ha podido contemplar, desde una prudente distancia…, curiosos especimenes arrabaleros como prestamistas sin escrúpulos, avariciosas patronas, violentos camareros, duros criminales, hombres arruinados y chicas trabajadoras, toda una bizarra y curiosa fauna para éste aristócrata ( especialmente las últimas mencionadas… ) la que aparece reflejada en el filme “The Wicked Darling” (1919).

Es más que conocida la querencia que tenía Herr Browning por toda esa gente desamparada y que habitualmente protagonizaban muchos de sus filmes, obscuras y excelentes obras que siguen sorprendiendo por su excepcionalidad, siendo “The Wicked Darling” uno de los primeros trabajos del director americano, que cuenta con la colaboración de Herr Lon Chaney que se prolongaría en muchos de sus filmes, uno de los más perfectos equipos silentes, ciertamente.

El filme posee muchas de las características de las obras de Herr Chaney, además de contar con un sarcástico sentido del humor que éste Herr Graf gusta especialmente, como sucede al final del filme, cuando nuestros héroes arrabaleros se disponen, finalmente, a llevar una nueva y tranquila vida como granjeros, pasando de estar rodeados habitualmente por peligrosos criminales, a hacerlo ahora por imperturbables vacas…

Y ahora si me lo permiten, les tengo que dejar momentáneamente, pues este conde germánico tiene que volver a la segura cámara de aislamiento del Schloss.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

Samstag, Juli 18, 2009

"Hoodoo Ann" (1916) By Lloyd Ingraham


Whenever silent fans around the world talk about the Amerikan actress Dame Mae Marsh, inevitably the name of Herr D. W. Griffith is part of the silent chatter due to the importance that the Amerikan director had in Dame Marsh’s career, a close and fruitful collaboration indeed. Both silent celebrities started their careers during the pioneers times with Dame Marsh being discovered accidentally by Herr Griffith and then later becoming one of his most distinctive classical heroines.

After having worked with her mentor in the milestone film “The Birth Of A Nation” (1915), Dame Marsh played “Hoodoo Ann” in the silent year of 1916, a film actually directed by Herr Lloyd Ingraham but with a scenario by Herr Griffith.
The Dame Marsh character in this small film production has many recognizable elements of Herr Griffith’s heroines (not surprising considering who did the script) that this count mentioned before: a little orphan girl ( it is well-known that Herr Griffith has a special fondness for little orphans… ), an innocent and long-suffering child who will overcome many problems during her life with her special persistence.

So we have a classic Herr Griffith heroine who is outspoken and encounters some unexpected misfortunes but finds a handsome and rich fiancée who will bring about a happy ending. However, first an intriguing mystery will have to be solved.

But not all the credit of “Hoodoo Ann” should go to the Griffith/Marsh duo; Herr Ingraham did his part too, directing the film with resolute hand, using elaborate film narratives techniques to entwine comedy with tragedy.

In spite of Dame Marsh being too grown up to be playing a little girl, her performance is honest and unpretentious like the film itself. After all, “Hoodoo Ann” is a small film whose principal intention is to entertain, much like what happens when our heroine attends a “moving pitcher” show, in which she can escape from reality, like so many others, and be fascinated by such an odd invention. Surprisingly, the movies play a strong part in resolving the plot when a curious incident happens in the vicinity; after all, reality is stranger than fiction.

And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count must act as godfather to a little but rich German orphan.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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Cuando los admiradores del cinema silente mencionan a la actriz americana Dame Mae Marsh, siempre sale a colación el nombre de Herr D. W. Griffith, por la gran importancia que tuvo el director americano en la carrera de la susodicha actriz, una cercana y fructífera colaboración artística, ciertamente, pues ambas celebridades silentes comenzaron sus respectivas carreras prácticamente al mismo tiempo durante los inicios del cinema, siendo descubierta de forma accidental Dame Marsh por Herr Griffith, convirtiéndose posteriormente la actriz americana en una de las más destacadas heroínas silentes de los filmes de Herr Griffith.

Tras haber trabajado con su mentor en la histórica producción silente “The Birth Of A Nation” (1915), Dame Marsh protagonizó “Hoodoo Ann” (1916), un filme dirigido por Herr Lloyd Ingraham el cual contaba con la participación de Herr Griffith como guionista de la película.
El personaje de Dame Marsh tiene, en esta pequeña producción silente, muchas de las características de las heroínas de los filmes de Herr Griffith que éste conde germánico había mencionado anteriormente y es que por algo el director americano firma el guión de la película…, esto es, una pequeña huerfanita ( es más que conocida, la querencia que tenía el director americano por esas desamparadas huerfanitas.. ), una inocente y sufrida jovenzuela que tendrá que superar numerosos avatares durante su corta vida con especial persistencia.

Por lo tanto, estamos ante toda una clásica heroína Griffithiana que tendrá que afrontar numerosas penalidades aunque afortunadamente también se topará en su sufrido camino con un guapo y rico novio el cual le proporcionará un final feliz a su existencia, aunque antes habrá que resolver todo un intrigante misterio.

Pero no todos los méritos de “Hoodoo Ann” recaen necesariamente en el célebre dúo Griffith/Marsh, pues Herr Ingraham también tiene su mérito, dirigiendo con mano eficiente dicha producción silente, echando mano de elaboradas técnicas de narración cinematográfica, intercalando comedia y melodrama.

A pesar de que Dame Marsh ya estaba bastante mayorcita para interpretar el papel de huerfanita, su trabajo es honesto y nada pretencioso, acorde con el filme y es que la principal intención de la película es simplemente entretener, tal y como queda reflejado, por ejemplo, durante una escena en la cual nuestra heroína asiste a todo un novedoso invento, “las imágenes en movimiento” o lo que es lo mismo, el cinematógrafo, un lugar en el cual puede escapar de su dura realidad, tal y como le acontecía al numeroso público de entonces que asistía a tan novedoso espectáculo, una escena que tendrá gran importancia en el filme, pues ayudará a resolver un misterio incidente que acontecerá en el vecindario y es que, después de todo, la realidad es siempre mucho más extraña que la ficción.

Y ahora, si me lo permiten, les tengo que dejar momentáneamente, pues este conde germánico tiene que apadrinar a una pequeña y rica huerfanita germánica.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

Samstag, Juli 11, 2009

"Two Arabian Knights" (1927) By Lewis Milestone


German aristocrats are famous for their stiff Teutonic humour, but at least once a year-no more than one or two days of course-the German mood lightens and it is time for frivolity. One seeks out the company of a rich and fat heiress and when the planets are in rare alignment it is also good to watch an entertaining though unimportant silent film.

But that it is not an easy matter to achieve because, besides classic Teutonic gravitas, there are no insignificant silent films in Germany. Thus it is necessary to turn to developing cultures, particularly Amerika, where there are many light hearted films that can occasionally be enjoyed even by a strict German count.

“Two Arabian Knights” is one such Amerikan film and was directed in the silent year of 1927 by Herr Lewis Milestone. The film tells of the complicated relationship between two Amerikan soldiers as they travel across Europe; an enmity and rivalry that will traverse frontiers and take those strange comrades from France to Northern Germany and then to Turkey and finally to Arabia. In this latter place they will, after being rescued from a shipwreck, fight each other for the favours of Dame Mirza, a mysterious Arabian lady.

As this German count mentioned before, the only purpose of the film is to entertain and certainly that intention is achieved in this conventional adventure silent film that includes the necessary ingredients of those commercial and popular films; that is to say, exotic settings, some action and funny situations. Herr Milestone has not made a milestone silent film though there is some clever camerawork, particularly at the beginning of the film where, from different angles ( up and down ), we see the two men battling each other in a foxhole while astonished German soldiers look on.

The film intertwines World War I sequences (light hearted rather than dramatic)as well as exotic adventures in the East, an East of course that is seen through Western eyes and one that is deliberately frivolous and cliché ridden. It is the perfect fictional setting for these two strong personalities who, in spite of their rivalry, can’t live without each other ( or Dame Mirza, natürlich!.)

And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count must continue with the exclusive and aristocratic art of being bored.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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Los aristócratas germánicos son conocidos por su escaso sentido del humor, pero a pesar de todo, hay por lo menos durante el año, uno o dos días en los cuales el sentido del humor teutón se relaja y gusta de cierta frivolidad; para esos escasos días, se busca entonces la compañía de una gorda heredera y si la alineación de planetas también es propicia, entonces se decide también contemplar un insignificante y entretenido filme silente.

Pero dicha tarea no es nada fácil, pues debido a la circunspección teutónica, no hay filmes insignificantes en Germania, por lo cual es necesario mirar hacia otras culturas mucho más frívolas como puede ser la americana, lugar en donde se pueden encontrar numerosos e intranscendentes filmes que pueden ser disfrutados incluso y de forma excepcional, por un estricto conde germánico.

“Two Arabian Knights” es uno de esos frívolos filmes americanos, dirigido en el año silente de 1927 por Herr Lewis Milestone; el filme narra la historia de la complicada relación entre dos soldados americanos mientras éstos atraviesan toda Europa, una enemistad y rivalidad que los acompañarán a través de diferentes países, peculiares camaradas que deambularán por Francia, el norte de Germania, Turquía y finalmente Arabia, lugar éste último en donde, después de haber sido rescatada de un naufragio, lucharán ambos por los favores de una misteriosa fräulein árabe y de nombre Mirza.

Como había comentado hace un momento éste conde germánico, el único propósito de éste filme es entretener y ciertamente cumple con dicho propósito, pues estamos ante un convencional filme de aventuras que incluye los necesarios ingredientes que se le presuponen a éstas obras populares y comerciales, esto es, unos escenarios exóticos, algo de acción y situaciones divertidas.
Herr Milestone desde luego no firma una obra memorable silente, pero aún así se pueden encontrar en el filme un hábil uso de la cámara, particularmente al principio del filme, como cuando, por ejemplo, se puede observar un plano rodado desde diferentes ángulos ( desde arriba y abajo ), en el cual se ven a los protagonistas del filme luchando entre ellos dentro del cráter de un obús, mientras son contemplados ambos de forma ciertamente perpleja por unos soldados germánicos.

El filme intercala secuencias ambientadas en la I guerra mundial ( más amables que dramáticas ) y también otras más exóticas de Oriente, un Oriente interpretado por ojos occidentales, deliberadamente frívolo y lleno de tópicos, un escenario ideal para las aventuras de las dos fuertes personalidades que protagonizan el filme y que a pesar de su gran rivalidad, no pueden vivir el uno sin el otro, con el permiso de Dame Mirza, natürlich!.

Y ahora si me lo permiten, les tengo que dejar momentáneamente, pues este conde germánico tiene que continuar con el exclusivo y aristocrático arte de aburrirse.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

Sonntag, Juli 05, 2009

"Un Chapeau De Paille D'Italie" (1928) By René Clair


“Un Chapeau De Paille D’Italie” can be considered, by this German count’s standards, as a transgressor silent film in spite of its classical conventionalism; this particular Teutonic riddle has a Germanic and even logical explanation that will be understood by the longhaired silent youngsters around the world right now.

“Un Chapeau De Paille D’Italie” was directed by the great but French silent director Herr René Clair in the silent year of 1928, after he had directed important, avant-garde, experimental and overall, non conventional silent oeuvres such “Entr’acte” (1924), “Paris Qui Dort” (1925), “Le Voyage Imaginaire” (1925) or “La Tour” (1928); so, having this in mind, then the Germanic assessment mentioned before by this Herr Graf has a solid basis. “Un Chapeau…” is a completely different and classic film in comparison with those earlier Clair films and this doesn't mean that “Un Chapeau…” is a minor work in Herr Clair ‘s career; on the contrary, the film is a remarkable, stylized and even provocative comedy.

The incident of the Italian straw hat occurs just before our hero marries, and leads to a series of well placed and paced episodes. The elegant and hilarious scenes depicting the troubles and crossed situations among the just married couple and their wedding guests with the adulterous couple, achieve very remarkable moments. The skilful use of the camera emphasizes the rhythm depending the different scenes, and includes the camera tricks and techniques that Herr Clair was so fond of. The result is a vigorous and sophisticated comedy with a irreverent undercurrent subject in the main plot: a just married man must assume the complicated task of protecting an adulterer.

Helping our hero in such a hazardous mission are excellent supporting actors, playing peculiar characters who are involved unnoticed in this peculiar wedding and will suffer the happenings around the Italian straw hat, a hilarious gallery of guests who have had the misfortune to be part of such a troublesome wedding.

The film is placed at the end of the old XIX century probably in order to take advantage of the human behaviours and fashion of those old times in which the ladies wore elegant hats ( those fräuleins of nowadays showing their loose hair in public!, Mein Gott! ). There is a careful atmosphere of ancient and decadent custom ( faithful characteristics, after all, in Herr Clair films ) that suits the film perfectly. Herr Clair has directed a “classic”, stylized and cynical silent comedy that has the same original merits of his most experimental early works.

And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count must find his Prussian helmet in order to eat his breakfast properly.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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“Un Chapeau De Paille D’Italie”, según los parámetros de éste conde germánico, puede ser considerado como un filme trasgresor a pesar de su clásico convencionalismo… este particular enigma teutón tiene una explicación germánica e incluso lógica que será bien entendida por todos los jovenzuelos melenudos silentes del mundo entero dentro de un momento.

“Un Chapeau De Paille D’Italie”, fue dirigido por el gran, aunque afrancesado director, Herr René Clair, en el año silente de 1928, después de haber dirigido el susodicho filmes tan importantes, vanguardistas, experimentales y sobretodo, nada convencionales, como “Entr’acte” (1928), “Paris Qui Dort” (1925), “Le Voyage Imaginare” (1925) o “La Tour” (1928), por lo tanto, teniendo en cuenta estas especiales referencias silentes, la aseveración germánica expuesta unos párrafos más arriba posee entonces una base bien sólida, esto es…, pues “Un Chapeau…” es también una obra totalmente diferente y bien clásica en comparación con las anteriormente citadas y esto no implica que dicho filme sea una obra menor, todo lo contrario, pues “Un Chapeau…” es un filme muy destacable, toda una estilizada y provocativa comedia silente.

El incidente que provoca un sombrero de paja italiano justo antes de que el protagonista del filme contraiga matrimonio, dará lugar a una serie de episodios muy bien ambientados, elegantes e hilarantes escenas que reflejan los problemas y situaciones cruzadas entre la pareja protagonista de recién casados con sus invitados y con la pareja adúltera, consiguiendo momentos realmente memorables.
El hábil uso de la cámara, ayuda a resaltar el ritmo del filme dependiendo de las escenas en cuestión, incluyendo además la película trucos de cámara de esos que Herr Clair tanto gustaba, consiguiendo finalmente y en su conjunto, una vigorosa y sofisticada comedia con una irreverente y subyacente trama en su historia, esto es, el que un hombre recién casado tenga la difícil tarea de encubrir un adulterio.

Como ayudantes para tan complicada tarea, nuestro protagonista cuenta con la ayuda de unos excelentes actores secundarios, personajes que se ven envueltos sin darse cuenta en una boda bien particular, además de sufrir los susodichos las consecuencias de los sucesos a los que dará lugar la búsqueda del sombrero de paja italiano, toda una hilarante galería de invitados que tienen la desgracia, a su pesar, de formar parte de tan problemática boda.

El filme está ambientado a finales del viejo siglo XIX, seguramente para aprovecharse de ciertas conductas humanas de dicha época y sobre todo sus modas, en la cual las señoritas llevaban elegantes sombreros, nada que ver con esas fräuleins de hoy en día que lucen, descaradas ellas, sus melenas, MEIN GOTT!!... ¡al viento!, lo que da lugar a que la película tenga un cierto aire decadente y añejo ( por otra parte, características éstas, bastantes habituales en las obras primerizas de Herr Clair ), que le sienta muy bien, por cierto, al filme, consiguiendo finalmente dicho director afrancesado una clásica, estilosa y cínica comedia silente que posee los mismo méritos artísticos que sus más experimentales y tempranas obras.

Y ahora si me lo permiten, les tengo que dejar momentáneamente, pues este conde germánico tiene que buscar su casco prusiano y así poder desayunar de forma correcta.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien