Deep in the
Caucasian mountains is the region of Svanetia; cut off from civilization by
mountains and glaciers. They have snow 8
months out of the year on their mountain pass and thus the Ushkul tribe has
remained isolated for centuries, maintaining almost intact their customs and
traditions.
“Jim Shvante” (
Salt For Svanetia ) (1930) was directed by Herr Mikhail Kalatozov and
certainly is a brilliant, astonishing
Soviet film masterpiece that must be watched by any worthy silent film fan.
The film is a
semi-documentary about the Ushkul tribe, and their harsh conditions of life in
their isolated region. Naturally the
communists come to the rescue and provide a brilliant economic plan that brings
the region into the twentieth century but of course their way of living and
religion must go in the name of progress. It seems that Georgian film directors
like Herr Kalatozov (who began his career as a cameraman), had a special
fondness for documentaries, giving this film format an excellent opportunity to
depict the special idiosyncrasies of the Georgian country.
“Jim Shvante”
makes brilliant use of the camera and has many inventive technical tricks. Of course this is all in the service of
propaganda but is aesthetically exciting. Every shot in the picture is full of
epic atmosphere and of course we have the contrast of Soviet progress and
modernity (lots of close-ups of machinery and collective human efforts) with
the underdevelopment of the Svans who are being held back by their religion and
customs. The film is an inventive mixture of symbolism, ethnography and
propaganda.
And now, if
you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count
must continue his aristocratic isolation from the modern world.
Herr Graf
Ferdinand Von Galitzien
-/-
En
lo más profundo de las montañas del Cáucaso, se halla la región de Svanetia;
aislada ésta de la civilización debido a sus montañas y glaciares, excepto
durante un pequeño periodo de tiempo sin nieves ( la nieve está presente en la
región durante 8 meses al año ) en donde se puede utilizar un pequeño paso
entre las montañas; en tan inhóspita región se halla el pueblo de los Ushkul;
aislado durante siglos, han mantenido casi intactas sus antiquísima costumbres
y tradiciones.
El
filme “Jim Shvante” (1930), dirigido por Herr Mikhail Kalatozov, es una
brillantey sorprendente obra maestra del cine soviético que todo cinéfilo
silente que se precie debe contemplar.
El
filme es un semidocumental acerca del pueblo de los Ushkul, sus antiguas
tradiciones y durísimas condiciones de vida en la región de Svanetia; el filme
incluye además la consabida propaganda comunista en relación ésta con el
progreso que la gente del lugar necesita y que los comunistas traerán gracias a
su plan económico, construyendo grandes carreteras las cuales pondrán fin a su
aislamiento y peculiares hábitos, como puede ser el uso de la religión.
“Jim
Shvante” es un prodigio en cuanto al uso de la cámara y su espectacular
fotografía; la película está filmada desde cualquier ángulo y movimiento de
cámara posible, además del uso de efectos especiales, posible todo ello gracias
a la habilidad de Herr Kalatozov que por algo inició su carrera como cámara
cinematográfico.
Los
directores Georgianos, como es el caso de Herr Kalatozov, siempre han mostrado
un especial interés por el género documental, ofreciendo éste formato
cinematográfico una excelente oportunidad para reflejar la especial
idiosincrasia del pueblo Georgiano.
Aunque
en “Jim Shvante” algunas de sus escenas son impostadas, prevaleciendo el
esteticismo y la composición del plano antes que la veracidad de sus imagines,
estas resultan ser igualmente fascinantes, repletas de simbolismo, presente
éste durante todo el filme, combinando dichas secuencias con otras más
realistas y de carácter etnográfico.
Cada
plano del filme es fascinante, pudiéndose apreciar una atmósfera épica sobre
todo al final de la película en donde se incluye la consabida propaganda
comunista, no lastrando ésta las intenciones artísticas del director Georgiano,
más bien todo lo contrario, pues éstas escenas son igualmente magníficas al
hacer uso de la estética de los filmes soviéticos de la época, esto es,
primeros planos, maquinarias y esfuerzos humanos colectivos, un contrapunto
éste de modernidad y progreso en relación con el atraso decimonónico de los
lugareños en relación con el uso de la religión, consiguiendo en su conjunto
Herr Kalatozov, una obra fascinante, una ingeniosa mezcla de simbolismo épico,
etnografía y propaganda, toda una obra maestra del cine soviético, ja wohl!.
Y
ahora si me lo permiten, les tengo que dejar momentáneamente, pues este conde
germánico tiene que seguir con su aristocrático aislamiento del mundanal mundo
moderno.
Herr
Graf Ferdinand Von Galitzien
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