In a distant Teutonic village, people dance and drink merrily celebrating a wedding feast. However, an elderly man tells the villagers that the valley where they live wasn’t always happy but sorrowful. This was due to the tyranny of the master of the mountains ( Herr Rudolf Klein-Rogge as wild as his hairdo ) who ruled the valley despotically.
He lived in a Schloss up the mountains, whipped his servants for any reason (Sound familiar?) and when a wedding was going to be celebrated, he descended into the valley asking for his “droit de seigneur”.
During one such encounter, a young bride is accidentally killed by the groom who was trying to protect her from the claws of the master of the mountains. The girl's sister vows revenge and journeys to the Schloss with the intention of killing the tyrant.
It is very strange that this remarkable film, “Der Steinerne Reiter”, directed by Herr Fritz Wendhausen, has not received the attention its many merits deserve, especially considering its Expressionist touches.
Outstanding are the settings included in this film, particularly the gloomy Schloss carved out of the mountains contrasting with the idyllic village that lies below. The sense of constant menace is pervasive, exemplified by the superb shot when the master of the mountains approaches the village and his shadow as a rider darkens the town. And of course there are quaint customs to observe( presumed typical but at the same time extravagant, perfect for Expressionism mode ), and there's a fantastic and supernatural ending which fits the pitch dark mood perfectly, all put together in a script by the well known Dame Thea von Harbou.
Another interesting aspect of the story is a twist in the middle of the oeuvre; the master is redeemed by love but his serfs turn cruel when they take justice into their own hands blurring the thin line between good and evil.
And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count must complain to his imitator, the master of the mountains, about copyright infringement.
Herr Graf Ferdinand Von Galitzien
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En una lejana villa teutónica, la gente baila y bebe alegremente pues se está festejando una boda, cuando un anciano del lugar les comienza a relatar a sus convecinos que sus antepasados no siempre vivieron felices en dicha villa, más bien temerosos debido a la tiranía que ejercía el amo de las montañas ( Herr Rudolf Klein-Rogge, tan indomable como su peinado ) el cual gobernaba el valle de forma despótica.
El susodicho vivía en un Schloss arriba en las montañas, daba de latigazos a sus sirvientes a la mínima ocasión ( ¿no les suena familiar? ) y cuando se iba a celebrar una boda, descendía desde las montañas hacia el valle, para reclamar el derecho de pernada.
En una ocasión, una joven novia es asesinada accidentalmente por su novio al intentar éste protegerla de las garras del amo de las montañas; tras gran grande desgracia, la hermana de la novia jura venganza y se dirige al Schloss con la intención de matar al tirano.
Es realmente extraño que un filme tan destacable como es “Der Steinerne Reiter”, una obra dirigida por Herr Fritz Wendhausen, no haya recibido la atención y reconocimiento que desde luego se merece, un grave hecho éste pues dicha obra tiene destacables detalles Expresionistas.
Sorprendentes son los decorados de este filme, en especial el sombrío Schloss esculpido en las montañas y el contraste del mismo con el idílico pueblo situado en el valle; la sensación de una amenaza constante en el pueblo es omnipresente, quedando magníficamente expuesta ésta en un excelente plano en el cual la sombra del amo de las montañas a caballo, oscurece toda la villa al dirigirse al mismo; no hay tampoco que olvidarse de los singulares vestuarios que se pueden ver en el filme ( presuntamente típicos aunque al mismo tiempo extravagantes, perfectos, entonces, para la moda Expresionista ) y el fantástico y sobrenatural final que encaja con el permanente ambiente sombrío del filme, todo ello surgido de un guión de la conocidísima Dame Thea von Harbou.
Otro interesante aspecto de la historia es el giro que se puede apreciar hacia la mitad del filme; el amo será finalmente redimido por amor pero sus siervos será aún más crueles que el susodicho al tomarse la justicia por sus callosas manos, sugerente reflexión sobre la imperceptible delgada línea que hay entre el bien y el mal.
Y ahora si me lo permiten les tengo que dejar momentáneamente, pues este Conde germánico tiene que exigirle a ese amo de las montañas, derechos de imagen por su burda imitación.
Herr Graf Ferdinand Von Galitzien
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