Times have changed a lot, certainly!!.
This terrible fact for a German aristocrat accustomed to old and rigid traditions was evident during the last silent soirée at the Schloss theatre when “Tell It to the Marines”, a film directed by Herr George W. Hill, was shown. This film is about military men and American war institutions.
The fact is that there are a lot of big differences between the German military establishment and the American one as can be seen in this silent film; differentiations that this Teutonic aristocrat is going to depict in order to make the old way of doing things clear.
The film tells of the adventures of private Robert “Skeet” Burns ( Herr William Haines ) a coarse, rude youngster who will join temporarily the Marines; during old aristocratic times, those long haired youngsters of humble origin were obviously not allowed in the German ministry of war. For such an important institution only lazy and idle Teutonic youths born with silver spoons in their mouths have this privilege…
This private “Skeet” is under the command of Sergeant O’Hara ( Herr Lon Chaney ) and besides their interest in American war games, they both love nurse Norma Dale ( Dame Eleanor Boardman ), leading to adventures in war and love throughout the film.
Well, it hardly needs to be said that high-ranking Prussian officers never mixed with ordinary soldiers or had to teach them discipline; overall discipline is standard German equipment. And of course Teutonic aristocratic fräuleins never worked; they were always very busy chattering in the Berlin manner in their rococo salons while sipping tea and for some of them even this necessary business required a great effort.
So, there is no trace in the film of moustachioed Prussian warriors wearing those colourful uniforms adorned with numerous medals together with a fancy and sharp-pointed helmet. There is no sign too of light cavalry ready to attack while the high-ranking military Prussians observe such thrilling scenes sheltered on the top a of a high mountain. Even though “Tell It to the Marines” depicts the modern and ordinary procedures of the American army and displays nothing in common with the classic art of war, (that useless pastime of which aristocrats are so fond), the film is very entertaining and interesting.
“Tell It To The Marines” was Herr Lon Chaney’s favourite film; the great American actor portrayed during his superb and long career many deformed, wicked and freak characters but finally he preferred the freakiest of all: a US Marine sergeant.
And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count must present arms to his Teutonic heiresses.
Herr Graf Ferdinand Von Galitzien
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¡Pues sí que han cambiado los tiempos!...
Este terrible hecho para un conde germánico acostumbrado a viejas y rígidas tradiciones, ha sido evidente durante la última soirée silente en el teatro del Schloss cuando el filme dirigido por George W. Hill y de título“Tell It To The Marines”, fue exhibido, una obra acerca de militares e instituciones guerreras americanas.
Y es que hay enormes diferencias entre las instituciones militares germánicas y las americanas, tal y como se puede apreciar en dicho filme, diferenciaciones que éste aristócrata teutón va a relatar para dejar bien claras viejas cuestiones bélicas.
El filme narra las aventuras del soldado Robert “Skeet” Burns ( Herr William Haines ), un ordinario y rudo jovenzuelo el cual se alistará temporalmente a los Marines; durante los viejos tiempos aristocráticos, a esos jóvenes melenudos de origen humilde, no les era permitido el acceso al ministerio bélico germánico, solamente tenían dicho privilegio los ociosos y perezosos jóvenes teutones de buena familia.
El soldado “Skeet” estará bajo las órdenes del sargento O’Hara ( Herr Lon Chaney ) y además de compartir ambos cierto interés por los juegos de guerra americanos, dichos susodichos aman también a la enfermera Norma Dale ( Dame Eleanor Boardman ), compartiendo todos ellos aventuras guerreras y amorosas durante todo el filme.
Desde luego no es necesario mencionar que los altos mandos prusianos jamás alternaban con ordinarios soldados o les inculcaban disciplina, más que nada porque la disciplina ya viene de serie en los teutones, sin olvidarse igualmente que las fräuleins aristocráticas nunca han trabajado, ellas han estado siempre muy atareadas parloteando en berlinés mientras dan sorbitos al té, arduas tareas las cuales requieren un gran esfuerzo, ciertamente…
Por lo tanto no hay ni rastro en el filme de guerreros prusianos bigotudos con coloristas uniforme repletos de medallas a juego con un casco puntiagudo, o caballerías ligeras en formación prestas a atacar mientras sus superiores observan tan emocionante escena resguardados en lo más alto de una montaña; aún a pesar de que el filme, “Tell It To The Marines”, refleja los modernos procedimientos bélicos de la armada americana, la cual no tiene nada que ver con el clásico arte de la guerra teutón ( ese inútil pasatiempo tan querido por los aristócratas ), el filme resulta ser muy entretenido e interesante.
“Tell It To The Marines” era para Herr Lon Chaney, su filme preferido; el gran actor americano interpretó durante su dilatada y excelsa carrera cinematográfica, a numerosos malvados, deformes y monstruosos personajes, prefiriendo finalmente al más terrible de todos ellos: un sargento americano.
Y ahora si me lo permiten les tengo que dejar momentáneamente, pues este conde germánico tiene que presentar armas a sus herederas teutonas.
Herr Graf Ferdinand Von Galitzien