Things are not well with a young couple who live, together with their little child, in a villa near Genoa. The wife has a secret lover and while her husband is visiting the city on business, she is visited by a woman-a distant relative-who once lived in the same villa. The mysterious woman shares her memories with the wife and gives her somewhat contradictory advice about how to deal with her complicated love life.
“La Femme De Nulle Part” (1922) ( The Woman From Nowhere ) is confirmation of the great and refined film style that can be seen in the films of Herr Louis Delluc. Alas, there are very few such films as the great French film director died very young.
On this occasion, Herr Delluc constructs an exemplary oeuvre of early silent virtuosity, typical of his exceptional work. “La Femme De Nulle Part” has a strong and imaginative film narrative wherein Herr Delluc uses numerous flashbacks to represent the different points of view of the three main characters. The mysterious woman’s flashbacks illustrate the good times she had in the villa many years before. The wife of course must deal with her own adultery and we are also shown the doubts and sorrow of the husband away in Genoa on his business trip.
The film is about loss and missed opportunities and skilfully uses outdoor scenery to help create an atmosphere of larger than life romance. Frau Ève Francis as the woman from nowhere gives an appropriate performance under the supervision of Herr Delluc, her husband.
And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count must get to know an unknown Teutonic rich heiress.
Herr Graf Ferdinand Von Galitzien
-/-
Las cosas no van demasiado bien para un matrimonio el cual habita una gran casa en las afueras de Génova; el matrimonio tiene un hijo pequeño y la esposa un amante secreto…
Un día la pareja recibe la inesperada visita de una mujer desconocida la cuala resulta ser un pariente lejano y que en otro tiempo habitó la misma casa, un lugar que le trae muchos recuerdos a la susodicha, relacionados sobretodo éstos con un antiguo y apasionado romance.
Mientras el marido se halla de visita en la ciudad por asuntos de negocios, la mujer desconocida compartirá sus viejos recuerdos y aconsejará a la joven esposa acerca de qué hacer con su vida en relación con el amante secreto que tiene ésta.
“La Femme De Nulle Part” (1922) es la constatación del gran y depurado estilo cinematográfico que siempre se puede apreciar en los filmes de Herr Louis Delluc, desgraciadamente no demasiado numerosos éstos pues el director francés murió prematuramente para desgracia de sus admiradores silentes.
En ésta ocasión, Herr Delluc construye un ejemplar filme repleto de virtuosismo tal y cómo acontece, por otra parte, en cada obra del director francés, filmes pioneros que brillan especialmente debido a su impecable lenguaje cinematográfico y precisamente, en “La Femme De Nulle Part”, se pueden apreciar todos esos méritos gracias a su elegante y vigorosa narrativa cinematográfica en donde Herr Delluc hace uso de ilustradores flashbacks para contar, muchas veces a la vez o paralelamente, los tres diferentes sentimientos que comparten los tres protagonistas del filme, esto es, la pareja en crisis y la mujer desconocida, un trabajo éste nada fácil, ja wohl!.
Los flashbacks protagonizados por la mujer desconocida nos dan información acerca de los viejos y buenos tiempos que pasó la susodicha en la casa con su amante, una situación que vuelve a repetirse muchos años después con la nueva propietaria de la mansión, aunque en ésta ocasión de forma mucho más traumática debido a su matrimonio e hijo pequeño, tornándose especialmente muy influyente y decisiva para ella, los contradictorios consejos que recibe por parte de la mujer desconocida y su particular experiencia personal al respecto.
Por otra parte, el filme también nos muestra la tristeza y dudas que sufre el marido durante su viaje de negocios en Génova, un tiempo de gran incertidumbre el cual se intercala con el frenético devenir de acontecimientos que se está viviendo en la mansión.
El filme está impregnado de un gran sentimiento de pérdida, de cierta añoranza sobre oportunidades perdidas para siempre, logrando de ésta forma una especial atmósfera de drama romántico clásico en donde los escenarios naturales tienen una gran importancia al respecto gracias a su peculiar aire de medida decadencia y en donde Frau Ève Francis, como la mujer desconocida, interpreta a su personaje muy de acorde con dicho espíritu dramático y bajo la supervisión de Herr Delluc, su marido en la vida real.
“La Femme De Nulle Part”, tanto técnica cómo estéticamente, resulta ser un gran filme de los primeros tiempos silentes, en donde sus propuestas artísticas se alían para lograr un ejemplar drama romántico repleto de nostalgia.
Y ahora si me lo permiten, les tengo que dejar momentáneamente, pues este conde germánico tiene que intentar desvelar los misterios de una desconocida heredera teutónica.
Herr Graf Ferdinand Von Galitzien
Herr Graf Ferdinand Von Galitzien
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Las cosas no van demasiado bien para un matrimonio el cual habita una gran casa en las afueras de Génova; el matrimonio tiene un hijo pequeño y la esposa un amante secreto…
Un día la pareja recibe la inesperada visita de una mujer desconocida la cuala resulta ser un pariente lejano y que en otro tiempo habitó la misma casa, un lugar que le trae muchos recuerdos a la susodicha, relacionados sobretodo éstos con un antiguo y apasionado romance.
Mientras el marido se halla de visita en la ciudad por asuntos de negocios, la mujer desconocida compartirá sus viejos recuerdos y aconsejará a la joven esposa acerca de qué hacer con su vida en relación con el amante secreto que tiene ésta.
“La Femme De Nulle Part” (1922) es la constatación del gran y depurado estilo cinematográfico que siempre se puede apreciar en los filmes de Herr Louis Delluc, desgraciadamente no demasiado numerosos éstos pues el director francés murió prematuramente para desgracia de sus admiradores silentes.
En ésta ocasión, Herr Delluc construye un ejemplar filme repleto de virtuosismo tal y cómo acontece, por otra parte, en cada obra del director francés, filmes pioneros que brillan especialmente debido a su impecable lenguaje cinematográfico y precisamente, en “La Femme De Nulle Part”, se pueden apreciar todos esos méritos gracias a su elegante y vigorosa narrativa cinematográfica en donde Herr Delluc hace uso de ilustradores flashbacks para contar, muchas veces a la vez o paralelamente, los tres diferentes sentimientos que comparten los tres protagonistas del filme, esto es, la pareja en crisis y la mujer desconocida, un trabajo éste nada fácil, ja wohl!.
Los flashbacks protagonizados por la mujer desconocida nos dan información acerca de los viejos y buenos tiempos que pasó la susodicha en la casa con su amante, una situación que vuelve a repetirse muchos años después con la nueva propietaria de la mansión, aunque en ésta ocasión de forma mucho más traumática debido a su matrimonio e hijo pequeño, tornándose especialmente muy influyente y decisiva para ella, los contradictorios consejos que recibe por parte de la mujer desconocida y su particular experiencia personal al respecto.
Por otra parte, el filme también nos muestra la tristeza y dudas que sufre el marido durante su viaje de negocios en Génova, un tiempo de gran incertidumbre el cual se intercala con el frenético devenir de acontecimientos que se está viviendo en la mansión.
El filme está impregnado de un gran sentimiento de pérdida, de cierta añoranza sobre oportunidades perdidas para siempre, logrando de ésta forma una especial atmósfera de drama romántico clásico en donde los escenarios naturales tienen una gran importancia al respecto gracias a su peculiar aire de medida decadencia y en donde Frau Ève Francis, como la mujer desconocida, interpreta a su personaje muy de acorde con dicho espíritu dramático y bajo la supervisión de Herr Delluc, su marido en la vida real.
“La Femme De Nulle Part”, tanto técnica cómo estéticamente, resulta ser un gran filme de los primeros tiempos silentes, en donde sus propuestas artísticas se alían para lograr un ejemplar drama romántico repleto de nostalgia.
Y ahora si me lo permiten, les tengo que dejar momentáneamente, pues este conde germánico tiene que intentar desvelar los misterios de una desconocida heredera teutónica.
Herr Graf Ferdinand Von Galitzien