Freitag, Oktober 19, 2012

"Lonesome" (1928) By Paul Fejos



The big city was a very important inspiration for many silent directors who were infatuated with the thrill of its streets, the skyline and the daily life of its inhabitants.  This subject resulted in peculiar and fascinating city symphonies in many important European and Amerikan avant-garde oeuvres.

“Lonesome” (1928) can be considered too as a kind of city symphony, a beautiful film wherein a young couple will experience their special epiphany; a splendid oeuvre directed by Herr Paul Fejos, a European film director with an erratic and not very fortunate career.  Undoubtedly “Lonesome” is his masterpiece.

In “Lonesome”, as in other big city films, the course of daily life is depicted in detail.  This is especially true of the early scenes of the picture with its shots of industry at work and the continuous camera movement that mirrors the busy, on the go existence of the people and the movie’s characters. The young couple in the film led ordinary lives and work in mundane jobs, always looking forward to the afternoon off that will ease their stress. 

Herr Fejos uses the camera in an astonishing way especially in the fairground sequence ( Coney Island’s old Luna Park ).  Double exposures, imaginative camera angles, moving close-ups, camera constantly on the go, color scenes and alas!... even some fragments with sound!... The latter scenes make up the worst part of the picture throwing off its pace and emotional build-up ( this Herr Graf watched “Lonesome” many years ago without such sound fragments and  enjoyed the film very much more).  These weak sound scenes are an ominous portent of the end of the Silent Era and its magic.

Anyway, at this point is necessary to say that the longhaired youngsters at “Criterion” did a superb work of restoration with “Lonesome.” This Herr Graf hopes that such exemplary and laudable labor continues through the next years.

But such sound interludes don’t excessively harm the achievements and extraordinary strength of the images of “Lonesome.”  There are many emotionally moving scenes wherein the main actors, Frau Barbara Kent as Mary und Herr Glenn Tyron as Jim do splendid work full of sentiment and expressing the joy of living, a young couple alone in a big city desperately needing to find each other and share their lives and hopes forever. In this excellent picture Herr Fejos lyrically expresses their feelings and the need for hope in a soulless environment.

And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count needs the companionship ( and the personal fortune ) of one of his rich Teutonic heiresses.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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Las grandes ciudades han sido siempre motivo de gran inspiración para numerosos directores silentes los cuales quedaron prendados por la frenética actividad de sus calles, las siluetas de sus edificios y la vida cotidiana de sus habitantes, peculiares y fascinantes sinfonías urbanas que inspiraron numerosos e importantes filmes vanguardistas tanto europeos como americanos.

“Lonesome” (1928) también puede ser considerada como una peculiar sinfonía urbana silente, un bello filme en donde una joven pareja vivirá su particular epifanía; una espléndida obra dirigida por Herr Paul Fejos, director europeo de errática y no demasiado afortunada carrera, siendo “Lonesome”, dentro de su filmografía, su gran obra maestra.

En “Lonesome”, tal y como acontece en esos filmes en donde la gran metrópoli es un personaje principal, se refleja la vida diaria de esas enormes urbes, quedando reflejado de forma especial ya en el mismo inicio del filme en donde se muestran planos de su actividad industrial y el frenético deambular de los habitantes en sus calles, ilustrando así el exasperante ritmo del lugar en donde la pareja protagonista viven sus anodinas vidas, mostrando la rutina diaria tanto en sus apartamentos como en su lugar de trabajo, estresadas jornadas laborales que anhelan una tarde libre.

Herr Fejos utiliza la cámara de forma extraordinaria reflejando el envolvente torbellino de la frenética actividad diaria de una gran urbe, así como el ansiado tiempo libre que nuestra joven pareja pasará en la playa y especialmente en un parque de atracciones, un segmento éste en donde el director muestra su especial maestría para generar recursos tanto técnicos como dramáticos.

Imaginativos e emocionantes primeros planos, escenas coloreadas, sobreimpresiones, una cámara en continuo movimiento e incluso, ¡oh, maldición!, algunos fragmentos ¡con sonido!... ciertamente la peor parte ésta del filme al restar dichas secuencias emoción y ritmo a la historia del filme ( éste Herr Graf pudo contemplar “Lonesome” hace ya muchos años sin esos dichosos fragmentos sonoros y desde luego el filme fue recibido igualmente con el mismo entusiasmo ), o la evidencia de que la llegada del cinema sonoro puso un terrible final a la magia y forma de cómo se elaboraban los filmes silentes.

A pesar de ello, es necesario destacar que los jóvenes melenudos de “Criterion” han hecho un magnífico trabajo de restauración con “Lonesome”, esperando éste Herr Graf que tan ejemplar trabajo continúe a lo largo de los próximos años.

Pero esos interludios sonoros no dañan en exceso los grandes logros y la extraordinaria fuerza de las imágenes de “Lonesome”, un filme repleto de innovadores recursos técnicos complementados éstos con emocionadas escenas en donde los actores principales, Frau Barbara Kent como Mary und Herr Glenn Tyron como Jim, elaboran un espléndido trabajo repleto de sentimiento y alegría de vivir, una joven pareja que se encuentra sola en la gran ciudad y busca de forma desesperada a alguien con quien compartir para siempre su vida y esperanzas.

“Lonesome” es una excelente película moderna, una maravillosa pieza de arte silente en donde se refleja de forma ejemplar la soledad y desamparo del ser humano en la gran ciudad y sus deseos por encontrar un alma gemela, consiguiendo Herr Fejos transferir a la pantalla silente de forma ciertamente extraordinaria tan poderosos sentimientos repletos éstos de lirismo y esperanza.

Y ahora si me lo permiten, les tengo que dejar un momento, pues este conde germánico necesita de la compañía ( y fortuna personal ) de una de sus ricas herederas teutónicas.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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