When the name of Russia comes to aristocratic minds,
we immediately think of caviar, vodka and the Bolshoi ballet. Commoners
instead recall to mind a famous revolution that took place in that country
nearly 100 years ago. However, both sides agree on the importance of
Russia to the history of cinema.
“The Red Dance” (1928, directed by Herr Raoul Walsh)
is set in Russia during its revolution and there are many historical characters
and fictional ones mixed together, but this film has nothing in common with the
masterpieces directed by genuine Russian masters; Rather “The Red Dance”
is a kind of soap-opera with a mission simply to entertain people and Herr
Walsh certainly succeeds
“The Red Dance” sees the peculiar times of Russian
revolution through Amerikan eyes, so consequently the picture is a harmless,
naïf and overall, a fictional approximation of events. Herr Walsh hasn’t
any other intention in mind because he knows that propaganda films are
exclusively for genuine Russians or collective academic workshops.
So, in the picture we have a replication of the Czar,
another one of Herr Rasputin and a revolutionary one who looks like Herr
Trotsky, besides a lot of Cossacks, Bolsheviks and even a Grand Duke ( Herr
Charles Farrell ) and a commoner , Frau Tasia ( Frau Dolores del Río in her
most Slavic role ). The latter two fall in love after some hardships and
we learn that the big triumph of the Russian revolution is not the victory of
the masses but that an aristocrat and commoner can find each other and
happiness, MEIN GOTT!!.
“The Red Dance” comes off as something of a parody of
Russian subjects with no serious artistic pretentions and full of delicious
incongruities, a light hearted romance that uses the Russian uprising to create
the sort of films that Amerikans do so well, reinterpreting history to make
entertainment.
And now, if you'll allow me, I must temporarily take
my leave because this German Count must dance the troika ( a Russian folk dance
that recently has become very popular in Europe… ) with one of his rich and fat
Teutonic heiresses.
Herr Graf
Ferdinand Von Galitzien
-/-
Cuando
Rusia es mentada, las mentes aristocráticas asocian dicho país de forma
inmediata al caviar, el vodka y el ballet del Bolshoi, no aconteciendo lo mismo
con las mentes plebeyas pues para los susodichos dicho país es sinónimo de una
famosa revolución acontecida en dichas tierras hace ya una centuria.
Pero
sin embargo hay algo en lo cual ambas clases concuerdan: el hecho de que Rusia
ofreció a la causa silente excepcionales directores fundamentales éstos para la
historia del cinematógrafo.
En
relación con éste asunto y aunque el filme “The Red Dance” (1928) transcurre en
Rusia durante su revolución, pudiendo encontrarse en el mismo personajes
históricos mezclados con otros completamente ficticios, éste filme dirigido por
Herr Raoul Walsh no tiene nada en común con las grandes obras maestras
dirigidas por los auténticos directores rusos y es que “The Red Dance” es
básicamente un folletín cuya única misión es la de entretener al público, una
propuesta artística ésta de la cual Herr Walsh sale ciertamente victorioso.
Y
es que “The Red Dance” contempla esa peculiar época revolucionaria rusa a
través de ojos americanos, por lo tanto el filme es una inofensiva, ingenua y
sobretodo, aproximación ficticia de dichos tiempos, única pretensión artística
de Herr Walsh, pues el director americano sabía que los filmes de propaganda
son exclusivos de directores rusos y cooperativas de talleres cinematográficos
de dicho país.
Por
lo tanto en el filme uno se puede encontrar con un remedo del Zar, otro de Herr
Rasputín e incluso un revolucionario con un cierto parecido a Herr Trotsky,
además de un montón de cosacos, bolcheviques e incluso un gran duque ( Herr
Charles Farrell ) y una plebeya, Frau Tasia ( Frau Dolores del Río, más eslava
que nunca ), éstos últimos comprometidos con seres a los cuales realmente no
aman, pero afortunadamente y gracias a la revolución rusa, ambos dos cruzarán
sus destinos y se enamorarán el uno del otro en lo que es un gran triunfo de la
revolución, la supresión de clases… ¡un aristócrata y una plebeya enamorados,
MEIN GOTT!.
“The
Red Dance”, como parodia de cuestiones rusas, está repleta de deliciosas
incongruencias, un hecho éste que ciertamente no importa debido a las escasas
pretensiones artísticas del filme mencionadas anteriormente; una película que,
con la excusa de la revolución rusa y echando mano de clichés y tipismos,
reinterpreta esos viejos e históricos tiempos con la única intención de
entretener, algo que los americanos saben hacer realmente muy bien.
“The
Red Dance” es, por lo tanto, un excelente ejemplo de esos maravillosos e hiperbólicos
filmes mudos americanos.
Y
ahora si me lo permiten, les tengo que dejar momentáneamente, pues este conde
germánico tiene bailar una troika ( ese baile popular ruso tan de moda
últimamente en Europa… ) con una de sus ricas y gordas herederas teutónicas.
Herr
Graf Ferdinand Von Galitzien
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