Freitag, November 16, 2012

"Oktyabr" (1927) By S. M. Eisenstein



Aristocrats are full of, besides whims, contradictions.

How else could it be explained that this German count, from time to time, chooses to show at the Schloss Theater a revolutionary film like “Oktyabr” (1927) by Herr Sergei Mikhailovich Eisenstein??...

The third shocking contradiction ( the second one was that a film called “October” would be shown during the month of November… ) is that a revolutionary film like this could be enjoyed without remorse by a conservative German count.  Of course certain precautions must be taken first, primarily making sure that the domestic servants of the Schloss are occupied with extra work and don’t see any of the revolutionary images included in the film and thus get inappropriate ideas.

But such contradictions and mysteries about the soul of an aristocrat has finally a simple answer: silent masterpieces are universal and it doesn’t matter if you are a commoner or an aristocrat in order to enjoy these film treasures.

And that’s certainly what happens with “Oktyabr”, a fascinating silent oeuvre that was made on the 10th anniversary of the October revolution.
Every time that this German count revisits the places and happenings depicted in the film, he is seized by an urgent need to join the revolutionary forces and take by storm the Winter Palace.  Such are the power of the images included in “Oktyabr”, an immeasurable catalogue of fascinating shots and sequences that would seduce the most conservative aristocrat, not to mention the commoners who have a natural predisposition to such incendiary messages.  When a master film director is at work propaganda of any kind can draw in, with its absorbing imagery, people from all political persuasions.  At least for the length of the movie.

Herr Eisenstein, in spite of the problems that he had with the authorities during his career, did always his best, putting together film lyricism, propaganda and emotion in equal and fascinating amounts, “Oktyabr” being a superb example of the unique mastery of this Latvian film director.

“Oktyabr” is a feast to the silent eye, genuine silent Art, the quintessential example of the great power of silent images, an universal and everlasting masterpiece arising out from dubious political interests; an incredible and admirable contradiction.

And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count must mount a platform and harangue aristocrats about their non-existent rights.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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Los aristócratas, además de caprichos, están repletos de contradicciones.

¿Cómo si no podría entonces explicarse el que todo un conde germánico escoja ver, cada cierto tiempo, un filme en el teatro del Schloss tan revolucionario como “Oktyabr” (1927) de Sergei Mikhailovich Eisenstein??...

La sorprendente y tercera contradicción ( la segunda es que un filme cuyo título es “Oktyabr” sea contemplando durante el mes de noviembre… ) es que una obra tan revolucionaria como ésta pueda ser disfrutada sin ningún remordimiento por éste conservador conde teutón, eso sí tomándose con antelación ciertas precauciones, especialmente el que el servicio doméstico del Schloss se halle ocupado con trabajo extra para así evitar espontáneas revueltas alentadas éstas por las revolucionarias imágenes incluidas en el filme.

Finalmente esas contradicciones y misterios del alma aristocrática tienen una simple explicación y es que las obras maestras silentes son universales e incluso resulta ser irrelevante el que uno sea un aristócrata o plebeyo para poder apreciar esos tesoros cinematográficos.

Y esto es precisamente lo que acontece con “Oktyabr”, una fascinante obra silente realizada con motivo del décimo aniversario de la revolución de octubre.

Y es que cada vez que éste conde germánico revisita los lugares y acontecimientos que se muestran en el filme, éste Herr Von siente una imperiosa necesidad de unirse a dichas fuerzas revolucionarias y asaltar el palacio de invierno, tal es el poder de las imágenes de “Oktyabr”, un inconmensurable catálogo de fascinantes planos, de grandes secuencias que consiguen seducir al más conservador aristócrata, sin olvidarse de los plebeyos, más receptivos éstos a incendiarios mensajes políticos.

En la historia del cinematógrafo hay muy buenos ejemplos de lo que éste Herr Graf está mencionando, esto es, el hecho de que cuando un hábil y magistral director usa sus bazas artísticas de forma impecable, cualquier filme revolucionario, propagandístico o de cualquier signo político, consigue finalmente seducir, gracias a sus absorbente imágenes, a gente de divergentes ideas políticas.

Herr Eisenstein, a pesar de los numerosos problemas que tuvo con las autoridades a lo largo de su carrera, aúna en sus filmes lirismo, propaganda y emoción, logrando auténtico simbolismo como metáfora del Arte, siendo “Oktyabr” un excelente ejemplo de la indiscutible maestría del director letón.

“Oktyabr” es todo un festín para los ojos silentes, Arte mayúsculo, la quintaesencia del gran poder que tienen las imágenes silentes, una obra universal e imperecedera que emerge y trasciende sus originales y torticeros intereses políticos, ¿acaso no es ésta otra increíble y admirable contradicción?.

Y ahora si me lo permiten, les tengo que dejar momentáneamente, pues este conde germánico tiene que subir a un estrado para arengar a los aristócratas acerca de sus inexistentes derechos.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

1 Kommentar:

Angel San Miguel hat gesagt…

Es una película cargada de simbolismos,la estatua de Alejandro III que cae y luego se recompone,el enfrentamiento de los dos Napoleones,una estatua de Napoleón,desdoblada, que acaba rota significando que el pueblo no quiere a ningún emperador,en el asalto al palacio de invierno el hecho de pisar un ornamento con forma de corona,etc,esta película es un símbolo en si misma desde la primera escena hasta la última.