Aristocrats are full of, besides
whims, contradictions.
How else could it be explained that
this German count, from time to time, chooses to show at the Schloss Theater a
revolutionary film like “Oktyabr” (1927) by Herr Sergei Mikhailovich
Eisenstein??...
The third shocking contradiction (
the second one was that a film called “October” would be shown during the month
of November… ) is that a revolutionary film like this could be enjoyed without
remorse by a conservative German count. Of course certain precautions
must be taken first, primarily making sure that the domestic servants of the
Schloss are occupied with extra work and don’t see any of the revolutionary
images included in the film and thus get inappropriate ideas.
But such contradictions and
mysteries about the soul of an aristocrat has finally a simple answer: silent
masterpieces are universal and it doesn’t matter if you are a commoner or an
aristocrat in order to enjoy these film treasures.
And that’s certainly what happens
with “Oktyabr”, a fascinating silent oeuvre that was made on the 10th
anniversary of the October revolution.
Every time that this German count
revisits the places and happenings depicted in the film, he is seized by an
urgent need to join the revolutionary forces and take by storm the Winter
Palace. Such are the power of the images included in “Oktyabr”, an
immeasurable catalogue of fascinating shots and sequences that would seduce the
most conservative aristocrat, not to mention the commoners who have a natural
predisposition to such incendiary messages. When a master film director
is at work propaganda of any kind can draw in, with its absorbing imagery,
people from all political persuasions. At least for the length of the
movie.
Herr Eisenstein, in spite of the
problems that he had with the authorities during his career, did always his
best, putting together film lyricism, propaganda and emotion in equal and
fascinating amounts, “Oktyabr” being a superb example of the unique mastery of
this Latvian film director.
“Oktyabr” is a feast to the silent
eye, genuine silent Art, the quintessential example of the great power of
silent images, an universal and everlasting masterpiece arising out from
dubious political interests; an incredible and admirable contradiction.
And now, if you'll allow me, I must
temporarily take my leave because this German Count must mount a platform and
harangue aristocrats about their non-existent rights.
Herr Graf Ferdinand Von Galitzien
-/-
Los
aristócratas, además de caprichos, están repletos de contradicciones.
¿Cómo
si no podría entonces explicarse el que todo un conde germánico escoja ver,
cada cierto tiempo, un filme en el teatro del Schloss tan revolucionario como
“Oktyabr” (1927) de Sergei Mikhailovich Eisenstein??...
La
sorprendente y tercera contradicción ( la segunda es que un filme cuyo título
es “Oktyabr” sea contemplando durante el mes de noviembre… ) es que una obra
tan revolucionaria como ésta pueda ser disfrutada sin ningún remordimiento por
éste conservador conde teutón, eso sí tomándose con antelación ciertas precauciones,
especialmente el que el servicio doméstico del Schloss se halle ocupado con
trabajo extra para así evitar espontáneas revueltas alentadas éstas por las
revolucionarias imágenes incluidas en el filme.
Finalmente
esas contradicciones y misterios del alma aristocrática tienen una simple
explicación y es que las obras maestras silentes son universales e incluso
resulta ser irrelevante el que uno sea un aristócrata o plebeyo para poder
apreciar esos tesoros cinematográficos.
Y
esto es precisamente lo que acontece con “Oktyabr”, una fascinante obra silente
realizada con motivo del décimo aniversario de la revolución de octubre.
Y
es que cada vez que éste conde germánico revisita los lugares y acontecimientos
que se muestran en el filme, éste Herr Von siente una imperiosa necesidad de
unirse a dichas fuerzas revolucionarias y asaltar el palacio de invierno, tal
es el poder de las imágenes de “Oktyabr”, un inconmensurable catálogo de
fascinantes planos, de grandes secuencias que consiguen seducir al más
conservador aristócrata, sin olvidarse de los plebeyos, más receptivos éstos a
incendiarios mensajes políticos.
En
la historia del cinematógrafo hay muy buenos ejemplos de lo que éste Herr Graf
está mencionando, esto es, el hecho de que cuando un hábil y magistral director
usa sus bazas artísticas de forma impecable, cualquier filme revolucionario,
propagandístico o de cualquier signo político, consigue finalmente seducir,
gracias a sus absorbente imágenes, a gente de divergentes ideas políticas.
Herr
Eisenstein, a pesar de los numerosos problemas que tuvo con las autoridades a
lo largo de su carrera, aúna en sus filmes lirismo, propaganda y emoción, logrando
auténtico simbolismo como metáfora del Arte, siendo “Oktyabr” un excelente
ejemplo de la indiscutible maestría del director letón.
“Oktyabr”
es todo un festín para los ojos silentes, Arte mayúsculo, la quintaesencia del
gran poder que tienen las imágenes silentes, una obra universal e imperecedera
que emerge y trasciende sus originales y torticeros intereses políticos, ¿acaso
no es ésta otra increíble y admirable contradicción?.
Y
ahora si me lo permiten, les tengo que dejar momentáneamente, pues este conde
germánico tiene que subir a un estrado para arengar a los aristócratas acerca
de sus inexistentes derechos.
Herr
Graf Ferdinand Von Galitzien
1 Kommentar:
Es una película cargada de simbolismos,la estatua de Alejandro III que cae y luego se recompone,el enfrentamiento de los dos Napoleones,una estatua de Napoleón,desdoblada, que acaba rota significando que el pueblo no quiere a ningún emperador,en el asalto al palacio de invierno el hecho de pisar un ornamento con forma de corona,etc,esta película es un símbolo en si misma desde la primera escena hasta la última.
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