Montag, November 13, 2006

"The Bells" (1926) By James Young

In a little European hamlet lives an innkeeper, Mathias ( Herr Lionel Barrymore) a generous man who doesn't hesitate to give credit to his customers when they need it but he has nothing in common with his wife, Catherine who's rude and miserly. Mathias also dreams of being Burgomaester ( that’s the most that ordinary people can aspire to in Centre Europe ); but Herr Mathias has, besides those dreams and terrible wife, many debts to pay to Herr Frantz, who is always reminding him that if he doesn’t pay him he will take possession of his all that he holds dear, including his daughter Annette, who is in love with a handsome and young soldier.
When a rich traveller arrives at the innkeeper on a snowy night, Mathias decides to kill him in order to take the gold he has on his belt and in this way pay his debts and forget all his troubles.

“The Bells”, directed by Herr James Young, is visually a beautiful film with excellent scenery and elegant art design that perfectly convey the atmosphere of a classic ancient town. The snowy scenes, the innkeeper's customers, the daily life of the people make for an unreal but recognizable portrait, and adding to this is the presence of many curious and stereotyped characters ( rich foreign travellers, innocent girls, a mysterious mesmerist “à la Caligari”- this last one played by Herr Boris Karloff ) and of course we also have the cinematography by Herr L. William O’Connell, superb and more appreciated in the newly film restoration showed in the Schloss private theatre.

It is a pity that some of the important scenes of the film-the assassination of the rich merchant Jew and Mathias final atonement, are handled hastily, neglecting the more obscure and sinister aspects for the story, an important flaw given the sort of tale it is. There are some subtle moments with the merchant ghost tormenting Mathias but not enough to make for a more important and remarkable film.

And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count must order Günthell to peal the Schloss bells but due to the fact that the clapper of the bell is broken he may have to use his head.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien


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En un pequeño pueblecito europeo vive un posadero, Mathias ( Herr Lionel Barrymore ), hombre generoso que no duda a la hora de fiar a sus clientes cuando éstos lo necesitan, nada que ver con su esposa, mujer tosca y avariciosa; Mathias también tiene un sueño por cumplir, ser Burgomaestre ( este es el cargo máximo al cual puede aspirar la gente ordinaria Centroeuropea ), pero asimismo y además de esos sueños y tan terrible esposa, Mathias también tiene muchas deudas que pagar a Herr Frantz, el cual siempre le está recordando que si no le paga, tomará posesión de todo lo que le pertenece, incluyendo en el lote a su hija Annette, la cual está enamorada de un guapetón y joven soldado.
Cuando un rico viajero llega durante una noche de gran nevada a su posada, Mathias decide matarlo y así conseguir el oro que lleva escondido en su cinturón, solucionando de esta forma todas sus deudas y olvidar sus problemas.

“The Bells”, filme dirigido por Herr James Young, es un filme visualmente bello con excelentes decorados y un elegante diseño artístico que encajan y transmiten perfectamente la atmósfera de lo que se presupone es un antiguo y clásico pueblecito europeo; las escenas nevadas, los clientes de la posada, la vida diaria de la gente que habitan dicha localidad, consiguen un irreal y asimismo reconocible retrato cinematográfico, añadiendo a éstos la presencia de varios y curiosos estereotipados personajes ( ricos comerciantes extranjeros, jóvenes inocentes, misteriosos hiptonizadores “à la Caligari” ( éste último interpretado por Herr Boris Karloff ) fotografiados todos ellos gracias al excelente trabajo de Herr L. William O’Connell, el cual se aprecia muchísimo mejor en la novísima restauración que de dicho filme se ha exhibido en el teatro privado del Schloss.

Es una pena que algunas escenas cruciales del filme, tales como el asesinato del rico comerciante judío o la expiación final de Herr Mathias, estén resueltas de forma apresurada, además de negarle a la obra un aspecto más oscuro y siniestro que el filme en sí agradecería ( solamente se aprecia esa pátina negra durante las escenas del espíritu del comerciante atormentando a su ejecutor ), no consiguiendo de ésta forma que el filme sea más relevante e importante.

Y ahora si me lo permiten les tengo que dejar momentáneamente, pues este Conde germánico tiene que ordenar a Günthell que toque las campanas del Schloss pero debido a que el badajo de las mismas está roto, tendrá que reemplazarlo con su cabeza.


Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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