Dienstag, Februar 14, 2006

Aristocráticos Destinos II


Cómo ustedes ya conocen, la aristocracia, incluso la germánica, se caracteriza por su ociosidad permanente tal y cómo se les está relatando en ésta especie de catálogo de destinos y desatinos predilectos por las clases altas, díficil tarea ésta pues no siempre es fácil mantener el nivel de lánguidez y el porte impertérrito en el mismo escenario, por eso mismo siempre es aconsejable cambiar de escenarios e incluso de países, aunque sean éstos afrancesados o incluso sucedáneos, como es el caso de Biarritz.

Destino perfecto para los aristócratas, incluso los teutones y a pesar de ese sol tan ordinario que puede llegar a poner en peligro la palidez característica de la tez germánica, por no mencionar el salitre de sus aguas, doble peligro para un aristócrata poco acostumbrado a tan líquido y perjudicial elemento; afortunadamente tantos inconvenientes terrenales se ven compensados por otros más carnales y financieros, pues tiene Biarritz, entre otros lujos variados, un elevado índice de población de herederas no necesariamente germánicas ni gruesas, por metro cuadrado, enormes fortunas que se pasean parsimoniosamente al atardecer y con sombrilla por tan afrancesados paisajes a la espera de ser rescatadas por Condes teutones vestidos cómo los lugareños, esto es, con bañador a rayas y hasta la pantorrilla cómo mandan las últimas modas de éste país tan exagerado y así, con tan peculiar vestimenta, pasar desapercibidos entre otros aprovechados cazadotes del lugar.

Y ahora si me lo permiten les dejo momentáneamente, pues éste Conde germánico tiene que sujetarle la sombrilla a una viuda de posibles emparentada ésta con los Romanoff de toda la vida.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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