Dienstag, Dezember 13, 2005

"Wild Oranges" (1924) de King Vidor


“Wild Oranges” (1924) nos cuenta la historia de John Woolfolk que tras quedarse viudo por culpa de un accidente fortuito, decide dejar el mundanal ruido y surcar los mares en busca de paz y soledad, acompañado éste de un amigo, Paul Halvard, para las maniobras y demás cuestiones marítimas necesarias para el buen gobierno de su impecable yate.
Recalarán ambos en las inmediaciones de los pantanos de Georgia y allí, aprovechando que necesitan suministro de agua, descubrirán una hacienda en donde habita un viejo huraño y su nieta, Nellie, estando ambos prácticamente prisioneros de un forajido de la justicia, medio loco y homicida, Iscah Nicholas.
Poco a poco el taciturno Herr Woolfolk se enamorará de Nellie y ambos tratarán de escapar de la prisión en que se ha convertido su hogar, cuestión ésta harto complicada al estar continuamente vigilados por el maníaco Herr Nicholas.

“Wild Oranges” es un filme algo irregular dentro de la excelente filmografía silente del director americano King Vidor ( no se puede consentir que últimamente éste aristócrata teutón esté cediendo terreno al cine mudo proveniente de esas tierras salvajes, el honor germánico debe ser restituido sin falta durante los próximos días… ).
El ambiente claustrofóbico del filme esté plenamente conseguido ( los pantanos y la mansión como único espacio posible para sus protagonistas, por eso mismo las ansias de liberación, de libertad, tanto de espacio como psíquicas ( Damen Nellie, sus prejuicios y supersticiones inculcados por su abuelo ) y que de repente pueden ser posibles gracias a la llegada inesperada de Herr Woolfolk, son más que comprensibles y perfectamente expuestas en el filme ), pero en el lado negativo tenemos a todos los actores, demasiado encorsetados, sobreactuados ( especialmente Nellie y su abuelo ) recurriendo a interpretaciones caducas incluso para la época, además de cierta premura por parte de Herr Vidor en resolver ciertas situaciones de la obra ( la accidentada muerte de la esposa de Herr Woolfolk es un buen ( pésimo ) ejemplo de ello).
Hay que destacar sin embargo y de forma extraordinaria la última parte del filme, la brutal pelea entre Woolfolk y el forajido Nicholas y su posterior intento de huída de los pantanos, que Vidor dota de un ritmo y apasionamiento ciertamente apabullante, salvando así el filme de cierto tedio que se acumulaba desde buena parte del metraje del mismo.

Y ahora si me lo permiten les dejo momentáneamente, pues al relatar éste aristócrata teutón esos ambiente exóticos y peligrosos, mucho se teme éste Conde que también tiene que ir a dar un paseo por esos suburbios sitos bajo el “Schlöss”, para recaudar allí los impuestos que sus habitantes deben a éste aristócrata germánico de forma incontestable.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

2 Kommentare:

Anonym hat gesagt…

Apreciado Conde............estos films los ve usted en VEO (Entiéndase: Versión escrita original) o mas llanamente con los escritos(¿Cómo se le llama a esos letreros del cine mudo?) en Inglés?????

Saludos desde las antípodas, su mas ferviente traductora

Elena

Ferdinand Von Galitzien hat gesagt…

Desde luego tener éste Conde germánico que soportar cómo se denomina por una señorita antípoda a los "rótulos" o "intertítulos" cómo "escritos", es suficiente motivo cómo para inciar un conflicto diplomático entre ambos países, por mucho que ustedes estén lejos...
En fín... le diré que efectivamente, la mayoría de los filmes silentes perfectamente ordenados en la lúgubre filmoteca privada de su Conde tienen los rótulos en inglés, aunque también hay nitratos con rótulos en idiomas variopintos y exóticos.

Como hecho extraordinario y para que vean ustedes lo que tiene que soportar ( además de las provocaciones de Damen Elena... ) un Conde teutón, el filme "Secrets" de Herr Borzage tenía los rótulos en cirílico, aunque afortunadamente un señor muy educado los traducía a un idioma civilizado, en esta ocasión el de Shakespeare, pues ya se sabe que el ruso solamente es de utilidad para la camarada Ninovska y sus vecinos revolucionarios.