Mittwoch, Januar 04, 2006

"Barbed Wire" (1927) de Rowland V. Lee


Es bastante notorio por parte de ciertos sectores de la melenudancia, de la predilección que tiene este Conde por esa señorita polaca, acogida por Germania, de fuerte carácter y rotunda figura de nombre Pola Negri, por lo tanto no se deberían extrañar si de nuevo éste aristócrata teutón aprovecha ésta pasión confesable por la inexistente figura de tan célebre actriz ( por lo menos para los jóvenes diletantes de principios del siglo pasado ) para hablarles de otro filme protagonizado por la misma.

Y es que “Barbed Wire”, dirigida por Rowland V. Lee, ( el gran director danés Mauritz Stiller fue reemplazado por Herr Lee a poco de iniciar el rodaje del filme ) nos cuenta la historia de Damen Mona Moreau, una joven francesa y granjera ( ¡pobre criatura, cuántas desgracias acumuladas!... ) que durante el conflicto de la I Guerra Mundial, es obligada por el ejército de su país, esto es, el francés, a reconvertir su granja en un campo de concentración para compatriotas de éste aristócrata; esto es, jóvenes guerreros teutones-
Damen Moreau ( permítanme que utilice el apellido de la susodicha por educación germánica ) al principio es muy reticente a verse mezclada con el enemigo, siendo muy grosera con mis compatriotas, comportamiento éste en parte comprensible pues el joven hermano de la protagonista ha muerto en el frente luchando contra los teutones, pero finalmente, Damen Moreau, dando inequívocas muestras de buen gusto y sentido común se enamorará de un prisionero suyo germánico, interpretado éste por Clive Brook.

“Barbed Wire” es un notable filme anti-belicista, que refleja muy bien el carácter trágico de desamparo, muerte y abandono que se produce en todas las guerras; para conseguir esa atmósfera de autenticidad que se muestra durante varios momentos en el filme, muchos de los prisioneros germanos están interpretados por auténticos veteranos de guerra, rostros humanos curtidos y por lo tanto con suficiente experiencia para transmitir en la pantalla la locura y sinrazón que producen todas las guerras.

Y ahora si me lo permiten les dejo momentáneamente, pues con tantos recuerdos de conflictos pasados, éste Conde germánico necesita desfilar un poco y al ritmo de la oca.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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