Mittwoch, Januar 18, 2006
"Namous" (1926) By Amo Bek-Nazarov
The German counts are well known for their extravagances ( after all, don't we sometimes increase to two the pieces of bread that our servants are condemned to eat in their diet of bread and water? ) so the fact of being able to watch “Namous”, the first Armenian silent film, was a great chance to put those bizarre German habits into practice.
“Namous” was celebrated by the 20’s film critics as a film that “for the first time shows a realistic Eastern view” and, to tell the truth, those grandfather film critics of yours were right..
The film, directed by Herr Amo Bek-Nazarov, has a lot of merit because though the film depicts ancient customs and honour codes that are supposed to be part of the Armenian culture, it never falls into the error of being merely picturesque, thanks to the director, it gives a real and correct Anthropological portrait done with a perfect skilfulness of the language of film.
The story is of two youngsters engaged to each other when they were children, an arrangement made by their fathers when both families survive a terrible earthquake. The film is very well done, a very emotion laden melodrama that increases in intensity as the story develops. We see little by little how the two youngsters are separated and suffer because of breaking some honour codes ( this German count didn’t know that in Armenia the middle classes had a fondness for the same lost virtues as we aristocrats have, although this German count didn't even know where Armenia is.. For us, it is enough to know the way to Baden-Baden… ).
In “Namous” the audience can see the spirit, tradition and culture of a nation, all comprehensible thanks to the director's skilfulness. He makes us understand the reasons for those ancient, centuries-old customs, cutting between those and other social divisions ( the struggle between different social classes, ah, the everlasting problem!... ) He is not uncritical of those customs and even manages to bring a little humour to the story.
“Namous”is for all these reasons a very remarkable film, exotic to a German aristocrat but one that depicts an original view of the virtues and contradictions of the Armenian culture and does so without the simplicity or distortions that usually accompany Western film views when dealing with an Eastern culture.
And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because all this Eastern exoticism has inspired this German count to take balalaika lessons.
Herr Graf Ferdinand Von Galitzien
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Como los Condes germánicos somos muy dados a extravagancias ( ¿cómo sino podría entenderse entonces que a veces incrementemos a dos los mendrugos el pan diario de la dieta de nuestros criados? ) el hecho de poder ver el primer filme de nacionalidad armenia , “Namous”, era ésta una excelente oportunidad para poner en práctica esa querencia por ciertas costumbres bizarras germánicas.
“Namous” fue celebrado por la crítica de los años 20, como un filme que “por primera vez ofrecía una imagen realista de Oriente” y la verdad es que tenían mucha razón sus abuelos críticos.
El filme dirigido por Herr Amo Bek-Nazarov es una película con muchos méritos, que si bien refleja costumbres ancestrales y códigos de honor que se presuponen son típicos del pueblo armenio, no cae jamás en el error de recrearse con retratos folclóricos o tipistas, dando una imagen real aunque antropológica de ciertos aspectos en dicha cultura además dotar al filme su director, un dominio perfecto del lenguaje cinematográfico.
La historia de los dos jóvenes comprometidos en matrimonio por sus padres ( vecinos y amigos ) cuando siendo pequeños, sobreviven ambas familias a un terrible terremoto está muy bien realizada, creando un melodrama de gran intensidad a medida que avanza la historia, describiendo poco a poco el proceso de separación que sufren ambos jóvenes al quebrantar ciertos códigos de honor ( no sabía éste Conde teutón que en Armenia las clases populares tenían esa querencia por honores perdidos como los aristócratas, aunque por no saber éste Conde no sabía ni donde estaba ubicada Armenia que bastante tiene éste Conde con saber la ruta de accesos a Baden-Baden… ).
En “Namous” se palpa el espíritu y la tradición de un pueblo, de su cultura, llegando a comprender el espectador, gracias al buen hacer de su director, el porqué de ciertas costumbres arcaicas y seculares, intercalando éstas con una cierta carga crítica ( lucha entre diferentes clases sociales, ¡ah, el eterno problema!... ), además de un velado sentido del humor ante esos mismos comportamientos y actitudes.
“Namous” es por lo tanto, un notable filme de nacionalidad exótica para un aristócrata germánico y en el cual se nos ofrece una mirada propia de los valores y contradicciones de una cultura, la armenia, sin las tergiversaciones o simplismos que normalmente ofrecen las miradas de occidente.
Y ahora si me lo permiten les dejo momentáneamente, pues con tanto exotismo oriental éste Conde germánico siente cierto interés por tocar la balalaica.
Herr Graf Ferdinand Von Galitzien
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