Freitag, Mai 19, 2006

"Orizuru Osen" (1935) By Kenji Mizoguchi



“Orizuru Osen” ( The Downfall Of Osen ) is a silent film directed by Herr Kenji Mizoguchi in the year 1935 ( as is well-know among silent connoisseurs, Japan still produced silent film at mid 30’s ). It’s a remarkable film from his early, silent career that tells the story of Damen Osen, a prostitute who works for a powerful antiques dealer. Damen Osen starts a friendship with the inexperienced Herr Sokichi who is in Tokyo to attend a course in medicine. Sokichi is brought for inside of the house to work as a servant. When the antiques dealer is imprisoned, Osen and Sokichi run away and Damen Osen decides to help Sokichi to attend the college course by paying for his studies… with her body.

Herr Mizoguchi tells this sad story about the miserable life of two poor souls in flashback and with elegant camera movements so characteristic in his early period. He begins and ends the film with the two main characters in a railroad station ( it is well-known that the Japanese directors likes to film trains as much this German Count likes go to soirées… ). Neither knows the other and they meet in an accidental way. Sokichi, a reputable doctor, will recognize Osen and an unexpected revelation will be for him even a painful fact. The circle is completed by Herr Mizoguchi with a perfect, beautiful but disturbing finale.

Damen Osen and Herr Sokichi are two helpless souls ( developed by Mizoguchi’s mastery of physical and psychological human portraits ) exposed to unscrupulous people in grinding surroundings ( developed by Mizoguchi’s masterful characteristic visual style ). The two don’t need love itself ( or at least they have enough comforting each other ) but rather protection in order to overcome so many setbacks. It’s a story of pure, idealized love.

In the whole film there is a sense of the futility of life, no time for hopes or redemptions for their main characters, but thanks to Mizoguchi visual poetry this human tragedy has inside a bizarre, sad beauty hard to grasp.

And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this Germanic Count must to brighten up himself by imposing serious German traditional will.


Herr Graf Ferdinand Von Galitzien



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“Orizuru Osen” es un filme mudo dirigido por Herr Kenji Mizoguchi en el año 1935 ( en los círculos de “connoisseurs” silentes es bien conocido que Japón todavía producía filmes mudos a mediados de los años 30 ), un filme realmente notorio de su primera época en el cual se nos narra la historia de Damen Osen, una prostituta que trabaja para un poderoso anticuario; Damen Osen iniciará una amistad con un apocado Herr Sokichi, un joven que está en Tokio para cursar sus estudios de medicina.
Sokichi es llevado para la casa del anticuario en donde trabajará como criado; cuando el comerciante es encarcelado, Osen y Sokichi deciden escapar y Damen Osen ayudará a Sokichi a financiar sus estudios de medicina en la universidad, pagando Osen dichos estudios con… su cuerpo.

Herr Mizoguchi nos cuenta esta triste historia sobre la vida miserable de dos pobres almas en flashback y con los elegantes movimientos de cámara tan característicos de sus años primerizos; comenzará y finalizará el filme con los dos personajes principales en una estación de tren ( es más que notorio que los directores japoneses gustan filmar trenes tanto como este conde germánico asistir a soirées… ); ninguno sabe del otro en la estación pero ambos se encontrarán finalmente de forma accidental en la misma; Sokichi, ahora un eminente médico, reconocerá a Osen pero un inesperado hecho será para él toda una dolorosa revelación, finalizando así el círculo iniciado por Herr Mizoguchi con un perfecto, bello aunque terrible final.

Danen Osen y Herr Sokichi son dos almas desampararadas ( desarrolladas éstas gracias a la maestría de Herr Mizoguchi a la hora de filmar retratos psicológicos y físicos humanos ) expuestos a gente sin escrúpulos en agobiantes escenarios ( desarrollados éstos gracias a la maestría y el característico estilo visual de Herr Mizoguchi ) ; ambos no necesitan amor en sí ( o al menos tienen suficiente con consolarse el uno con el otro ) sino protección para superar de esta forma las múltiples adversidades a las que se ven sometidos, es en definitiva ésta una historia de idealizado, amor puro.

En el conjunto del filme subyace un sentido de la futilidad de la vida, sin opción para demasiadas esperanzas o redenciones para los personajes principales, aunque gracias a la poesía visual de Herr Mizoguchi, esta tragedia humana tiene algo de extraño, una triste belleza difícil de aprehender.

Y ahora si me lo permiten les tengo que dejar momentáneamente, pues este Conde germánico tiene que animarse un poco aunque sin olvidarse de la seriedad tradicional germánica.


Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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